Recibimiento a la altura de una gran estrella

Cádiz/Cuando casi una hora más tarde de lo previsto, poco antes de las 13:00, Mágico González atravesó la puerta de acceso a la sala de prensa del Ramón de Carranza, Nuevo Mirandilla, una nube de fotoperiodistas se agolpó junto al salvadoreño para inmortalizar el histórico momento. Era de obligado cumplimiento captar cualquier gesto, una expresión, sus manos en la cabeza visiblemente emocionado e incluso superado por la expectación creada.

La llegada del salvadoreño al estadio se intuía dentro por los vítores de los aficionados que saludaban a su ídolo. El trasiego de los empleados cadistas, de un lado a otro, también ayudaba a comprender que la comparecencia estaba a punto de caramelo. No pudo disimular Mágico la cara de asombro cuando se presentó ante los medios. El ruido de los flashes silenciaba hasta las palabras del gran protagonista, al que apenas le salía la voz.

Apenas un minuto de fotografías, una tras otra, hasta que el Mago se acomoda, si es que en algún momento se sintió cómodo fuera de su ambiente, y comienza a responder a las preguntas de los periodistas. Respetuoso, como siempre, advierte que lo suyo nunca fue hablar. Cierto, su magia no entendía de palabras.