Visto y Oído
Broncano
LALIGA 1|2|3 | CÁDIZ CF - ELCHE
Un Cádiz con dos caras pasó como un rodillo por encima del Elche (5-1) gracias a una segunda parte inolvidable en la que no sólo remontó el 0-1 con el que se marchó al descanso sino que endosó una goleada con la que se adentró en una buena racha y, lo más importante, abandonó la zona de descenso.
El equipo amarillo pasó de una oscura primera parte a una exhibición en la segunda liderado por Lekic y Salvi, revulsivos desde banquillo y decisivos en la victoria. Los locales apenas tiraron a puerta en los 45 minutos iniciales y en media hora de la segunda hicieron cinco tantos cuando desataron la tormenta perfecta. Los problemas con el gol desaparecieron de un plumazo y el Cádiz se dio y dio una alegría aderezada con una 'manita'.
Los locales empezaron con la misma aceleración que en el encuentro de la Copa del Rey y casi marcan también antes del primer minuto tras una acción hilvanada que acabó con un remate de Jairo en el corazón del área que repelió la poblada zaga ilicitana. Pero el comienzo esperanzador se fue al traste en pocos minutos.
Los de casa llevaron la iniciativa, presionaron arriba pero no tardaron en chocar contra la dura realidad. El Elche no sólo compareció en el Carranza para defender con disciplina espartana y avisó dos veces con peligro antes de cobrar ventaja en el marcador.
Cifuentes rechazó los disparos de Sory Kaba -minuto 6- y Javi Flores -en el 8- pero a la tercera no pudo evitar el 0-1. En el 9, Sory Kaba, un auténtico 'killer', aprovechó un preciso centro al interior del área para marcar de un certero cabezazo.
El Cádiz recibió el gol como un jarro de agua fría. El equipo se quedó sin respuesta y, lo peor, cayó en la trampa de las erróneas decisiones arbitrales. Se enredó en las protestas y se olvidó de lo importante pese a que lo intentó casi sin opciones. Se topó con el eficaz frontón que desplegó un cuadro visitante cómodo en la labor destructiva. Y es que los de Cervera hicieron la guerra por su cuenta, sin hallar el camino del gol. No llegaron a poner el balón entre los palos en toda la primera parte. Apenas conectaron pases en condiciones, de esos que son definitivos, y las pocas veces que lo lograron ni siquiera miraron a puerta, como en el minuto 27, cuando Manu Vallejo recibió el esférico dentro del área pero no pudo armar el disparo rodeado de un enjambre de piernas con medias blancas y verdes.
La muralla alicantina dejó sin argumentos a un Cádiz que llegó al descanso por debajo en el marcador y con la sensación de no poder meter el cuchillo en la mantequilla, ni siquiera desde lejos. Un tiro de José Mari poco antes del intermedio se escapó cerca de un poste.
Cervera agitó la coctelera en la reanudación en busca de la remontada. Dejó en el vestuario a Álex Fernández y Ager Aketxe y dio entrada a Salvi y Lekic. Nunca unos cambios tuvieron un efecto tan inmediato. El empate llegó a los tres minutos de la segunda mitad como prólogo de lo que estaba po venir. El serbio se inventó una jugada de fantasía en la esquina derecha del área y sirvió el pase de la muerte para que Rober Correa, sí Rober Correa, solo frente a Francis, introdujese el cuero en la portería con un remate en semifallo pero suficiente para poner el 1-1. El lateral derecho estaba ubicado de delantero en esa acción y no falló en el primer lanzamiento a puerta de los anfitriones.
Los inquilinos del Carranza tenían todo el segundo acto para culminar la remontada. Y a ello se pusieron no sin sufrimiento. Los franjiverdes despertaron en ataque y a punto estuvieron de golpear de nuevo. La zaga cadista evitó el 1-2 en el 52 al tapar con rapidez a Sory Kaba y poco después un derechazo de Gonzalo Verdú se perdió por el lateral de la red.
Las ocasiones del Elche fueron puro espejismo. El que dio en la diana de nuevo fue un Cádiz que resolvió el partido por la vía rápida. En el 63, Salvi se inventó un centro magistral con el exterior de su bota derecha y Lekic en el segundo palo, cabeceó al lado contrario de Francis y puso el 2-1.
El Cádiz ya era un vendaval que se llevó por delante a un Elche que nada pudo hacer para contener a un rival en racha. Los de casa aseguraron la victoria en el 67 con un penalti cometido sobre Marcos Mauro que transformó José Mari. Con el 3-1 el Cádiz se soltó del todo y transformó el triunfo en una goleada que nadie hubiese imaginado en el descanso.
En el 73, Lekic, una vez más él, vio la internada de Jairo dentro del área, le sirvió el balón y el canario asistió a Salvi, que entraba en carrera y fusiló a Francis. Un golazo que compitió en belleza con el quinto, obra de Manu Vallejo en el 73 en pleno frenesí anotador de los locales. José Mari sirvió en profundidad a Salvi por la derecha, el extremo asistió con el pase de la muerte y el chiclanero se adelantó a su par para rematar a la primera y colocar el 5-1.
Con semejante diferencia en el luminoso, sobraron los minutos finales en los que pudieron marcar los dos contendientes, pero los porteros decidieron que ya no había más goles.
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