Pedro M. Espinosa
¿Dónde están los tíos?
Cádiz/El VAR y el colegiado Javier Iglesias Villanueva se erigieron en los auténticos protagonistas del encuentro entre el Racing de Santander y el Cádiz CF que el equipo amarillo ganó con extremo padecimiento gracias a un penalti en el minuto 100 señalado a instancias del vídeo arbitraje.
Los gaditanos se vieron beneficiados al final por la tecnología, pero antes sufrieron errores de los jueces que a punto estuvieron de costarles la victoria, en especial dos acciones mal resueltas por el VAR y el árbitro. Las jugadas más polémicas del partido fueron las siguientes:
Desde el VAR no avisan al árbitro para que revise el claro agarrón que sufre Marcos Mauro dentro del área cuando el argentino remata de cabeza a la salida de un saque de esquina en los compases iniciales del partido.
Hay penalti sobre el zaguero cadista, pero la jugada no merece la atención de los responsables de la sala de máquinas, que ni siquiera piden al colegiado que consulte la cámara ubicada junto al túnel de vestuarios. Es una acción en la que el Cádiz sale perjudicado.
Gol de cabeza de Álex Fernández poco después del comienzo de la segunda parte. El árbitro se equivoca cuando, tras revisar la jugada en el monitor, decide anular el tanto. El gol es limpio pero Iglesias Villanueva no lo da por válido por una supuesta interferencia de Choco Lozano sobre el portero que es considerada fuera de juego posicional.
La realidad es que el delantero no influye en nada y el tanto debió subir al marcador. El remate de Álex va hacia otro lado y ese gol hubiese encarrilado el partido con un 0-2 casi definitivo. Nadie del Racing, ni el propio cancerbero, protestó y todos sus jugadores asumieron el gol hasta la intervención del vídeo arbitraje y del árbitro. Esa decisión fue la que más perjudicó al equipo visitante.
El VAR sí acierta al solicitar al árbitro que mire la jugada en la que Cala toca el balón con el brazo dentro del área en la defensa de un córner lanzado por el conjunto cántabro en el minuto 85. En la repetición se observa con claridad que hay contacto. Otra cuestión es el lanzamiento de la pena máxima, en la que el local Yoda invade antes que nadie el área justo antes de que David Rodríguez se disponga a golpear el esférico desde el punto de los once metros.
El empate parece inevitable hasta la última acción del partido que se resuelve en el minuto 100. El VAR da con la tecla al recomendar al colegiado que visione el monitor para repasar la última jugada del partido, en la que el anfitrión Abraham desvía con un brazo el disparo de Iván Alejo en boca de gol. Pocos se aperciben de esa infracción en el terreno de juego y de hecho Iglesias Villanueva señala saque de esquina. Quien sí se da cuenta de lo sucedido es Álex Fernández, que reclama al árbitro.
El penalti, transformado por el madrileño, puso las cosas en su sitio y la escuadra de Álvaro Cervera se llevó la victoria en el último suspiro.
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