El VAR, el engaño del siglo XXI
El penalti contra el Cádiz CF en el partido ante el Celta es una nueva demostración de que la tecnología no se usa para hacer justicia
Cádiz/Esta vez no pudieron tumbar al Cádiz CF. Jeremías Conan Ledesma se enfundó la capa de superhéroe y paró el penalti, uno más, que sufre el conjunto amarillo en una acción más que dudosa, con la tecnología excluida en lugar de ser utilizada para contribuir a la toma de una decisión justa.
Esta vez fue en el encuentro ante el Celta de Vigo disputado el sábado 12 de febrero (24ª jornada de Liga), justo una semana después de la vergonzosa actuación en Mallorca del dúo formado por Carlos del Cerro Grande y Alejandro Hernández Hernández que alteró el resultado. Del 0-1 al 2-1 con dos penas máximas, no una, dos, que no lo fueron y condenaron a un equipo hundido por la pesada carga de su colección de carencias y las decisiones arbitrales.
Y esta vez, en el duelo contra el cuadro gallego, estuvo al frente Antonio Mateu Lahoz, el que se supone que es el mejor colegiado español del momento. Pero ni por esas.
Mucho palique sobre el césped, mucho ji-ji ja-ja, pero cuando llegó la ocasión, penalti contra el Cádiz CF. Una jugada nada clara y una vez más el equipo amarillo pisoteado, aunque esta vez sin consecuencias en el marcador gracias al acierto de Ledesma.
El leve contacto entre el portero y Santi Mina dentro del área fue considerado falta por el colegiado. Demasiado fino hiló Mateu. No hubiese estado de más una consulta del árbitro al monitor. De haber visto la imagen, quizás ya no hubiese tenido tan claro señalar el máximo castigo. En caso de duda no debe pitarse salvo que el perjudicado sea el Cádiz CF como así parece en tiempos recientes.
La lista empieza a ser larga. Los dos penaltis en Mallorca (y el que no vieron sobre Iza Carcelén en el área contraria), el pisotón a Iván Alejo ante el Sevilla (penalti a favor no pitado), los penaltitos en contra frente al Elche y Alavés que abrieron el camino de la derrota ante dos rivales directos...
Lejos de espantar los fantasmas arbitrales, el penalti pitado por Mateu Lahoz no hace sino confirmar la tesis de que el Cádiz CF está siendo maltratado. Así lo piensa buena parte de la afición, que una semana más se carga de argumentos para pensar que su equipo no está siendo respetado y sí empujado a Segunda División. Ojo, en caso de descenso, el primer culpable será el equipo, pero el factor arbitral también influye.
¿Por qué una jugada tan dudosa que podía haber cambiado el signo del partido no es objeto de revisión? Era muy simple. Se trataba de asegurarse nada más.
Pero si lo que prevalece es la interpretación por encima de la justicia, entonces el VAR es una pantomima, la gran estafa del siglo XXI. Un intento de engaño que no cuela. Tanta historia para lo de siempre. Sólo mejora para ver si hay o no fuera de juego. La tecnología marginada y el que pita se sigue equivocando igual. Aunque las imágenes digan una cosa, lo que vale al final es el error. Bochornoso.
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