Vallecas siempre es muy especial

No es exagerado apuntar que el Cádiz jugó en el 'pequeño Carranza'. Es así por el cariño con el que siempre es recibido el conjunto gaditano en el estadio de Vallecas. Además de los centenares de gaditanos que se acercan al campo del popular barrio madrileño, muchos de ellos residentes en la capital de España, los seguidores rayistas respetan al Cádiz tomando como referencia el hermanamiento entre sus aficiones.

Este domingo daba gusto pasear por los aledaños del estadio y ver a rayistas y cadistas conviviendo bajo un ambiente extraordinario, intercambiando regalos y disfrutando de la mano de una previa que siempre es especial cuando la franja roja se cruza con el sentimiento amarillo.

Fuera del campo era una fiesta del fútbol, del deporte, del saber estar... Dentro, cada uno tiraba a lo suyo, lógico, pero sin perder las formas. Y eso que a Iván Alejo le guardaron alguna de su pasado en el Rayo, pero siempre dentro de unos cánones permitidos en el deporte rey.

Las peñas de Madrid y de otros puntos cercanos se unieron para que fueran muchos los cadistas que acudieran al feudo del Rayo. La cita lo merecía y el líder nunca caminará solo. Los casi 500 hinchas cadistas que acudieron al feudo vallecano disfrutaron de un encuentro grande en un campo cuyo aroma es de Primera.

Por encima del reparto de puntos, la gran victoria la pusieron las dos aficiones con un comportamiento exquisito y un ejemplo del que deben aprender las masas sociales que aportan color al balompié.