Vídeo: El resumen del Cádiz C.F. -Villarreal (0-0)
Cádiz C.F.-Villarreal
El Cádiz se hace con un empate frente a un rival superior
La crónica del Cádiz-Villarreal
El Cádiz CF sigue sin ganar en casa pero ha conseguido un valioso empate frente a un Villarreal que fue superior. Sin embargo, se topó un equipo amarillo fuerte en defensa.
Pese al gol anulado de Negredo, el Cádiz suma ya once puntos, dando otro paso más el camino hacia la permanencia.
Un punto muy valioso
El método del Cádiz C.F. sigue dando frutos. Un punto frente a uno de los conjuntos más potentes no es un mal resultado. Lo mereció un Cádiz CF limitado en ataque pero eficiente en la destrucción. Con orden y trabajo, muy encerrado, consiguió maniatar a un oponente que tres días antes había marcado cinco goles en la Liga Europa. Con 11 puntos en el bolsillo, un pasito más en el largo camino hacia la permanencia.
El once que salió en el exitoso asalto al campo del Real Madrid arrancó una semana después el duelo de la séptima jornada. La colocación fue exactamente la misma, con el clásico 4-4-2 aunque esta vez se topó con un rival mucho más despierto, dominador del balón pero no del ritmo del encuentro.
El guión no ofreció duda desde el pitido inicial. Cada equipo asumió su papel con naturalidad. Ya sabía lo que les esperaba. No hubo otro dueño del cuero que el cuadro visitante. Fue como un acuerdo tácito entre ambos bandos. Pero una cosa es disponer de la posesión y otra tener el control, en poder de los gaditanos porque se jugó a lo que quisieron los inquilinos del estadio Carranza.
Para no perder costumbre los locales cedieron la pelota al contrario, aunque marcaron en su primera llegada, en el minuto 6, un gol que no subió al marcador después de varios minutos de incertidumbre. Álex Fernández colgó el esférico al interior del área en el lanzamiento de una falta, Pau Torres despejó de cabeza ante la salida en falso de Asenjo y Negredo recogió el rechace para rematar al fondo de la portería. Cuatro minutos tardó el VAR en aconsejar al árbitro la revisión de la jugada.
Para lo nuevo y para lo malo, las cámaras desvelan situaciones que antes pasaban por alto y de Burgos Bengoetxtea estimó que Choco Lozano, en fuera de juego posicional, había condicionado el desarrollo de la acción y no dio validez al tanto. Si la toma de referencia es el hombro, el delantero estaba en fuera de juego por milímetros, algo casi inapreciable.
La polémica está servida. Los locales había celebrado el gol y Negredo se había acercado a la banda para abrazarse con Augusto Fernández. De la euforia a la realidad en unos segundos.
El gol anulado, fruto de un balón parado, fue el único acercamiento digno de mención de los amarillos, muy atareados en labores defensivas, casi sin opciones de montar contra salvo alguna aparición esporádica de Lozano. Justo a la media hora, el hondureño mandó a las nubes un zurdazo desde el corazón del área tras un centro de Espino.
El combate no podía ser más nulo. Los de casa, muy atrás, neutralizaron la calidad de los castellonenses con su habitual disciplina táctica, sin dejar un solo hueco, aunque sin asustar en ataque. El dominio de los foráneos llegó a ser agobiante por momentos, pero la eficaz defensa del Cádiz CF propició el empate a cero al descanso. Máxima igualdad y justo empate en el intermedio.
Ni uno ni otro llegó a tirar a puerta hasta el punto de que Conan Ledesma y Sergio Asenjo se convirtieron en espectadores de lujo a falta de los 45 minutos definitivos.
El Villarreal avisó de sus intenciones nada más arrancar la segunda mitad con un peligroso centro de Pedraza que Paco Alcácer rozó ligeramente el cuero para que Ledesma lo despejase con una mano. Se repitió el guión, pero esta vez los visitantes, muy superiores en el juego, dieron un paso al frente en busca del gol.
Los amarillos empezaron a pasar apuros. Una cosa es tocar poco el balón y otra es no verlo, que fue casi lo que sucedió antes de volver a aparecer arriba con un par de centros culminados sin remate. Hechos aislados.
Los de Unai Emery fueron superiores en el desarrollo del juego, tanto por dentro como por las bandas. Hasta los rechaces se los llevaban los levantinos. Las señales no eran nada buenas, con el equipo cada vez más atrás, con poca capacidad de robo de balón. Álvaro Cervera buscó un giro y quitó a los delanteros para dar entrada a Malbasic y Jairo.
El serbio se ubicó en punta junto con Salvi, el canario se colocó en el costado izquierdo y Álex Fernández pasó al derecho. Más frescura para sostener el esfuerzo ante un rival que, pese a ser mejor, no terminaba de dar con la tecla. De hecho, Emery recurrió a un segundo delantero, Bacca, para el tramo definitivo de un partido abocado a un desenlace incierto.
Álex acabó como mediocentro tras la marcha de José Mari, sustituido por Nano Mesa, quien se movió por la derecha en los últimos minutos. Fue el Villarreal el que achuchó en la recta final. En el 84, Ledesma repelió el balón tras una falta lanzada por Alcácer y poco después respondió con seguridad a un remate de Bacca. Al final, un punto que es bueno.
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