"Vizcaíno quiere verme en prisión"
Quique Pina | Ex consejero del Cádiz CF
El murciano acusa de traición y cobardía al presidente y dice que luchará "por lo que me pertenece"
Asegura que no cometió ningún delito en la Operación Líbero y que no blanqueó dinero
Cádiz/Quique Pina defiende su inocencia cuando está a punto de cumplirse un año de la Operación Líbero, acusa al presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno de haberle traicionado por echarle del club sin estar condenado y anuncia su intención de regresar, si es posible, este mismo año. Lo dice como un deseo. Está convencido de que Vizcaíno quiere verle en prisión para quedarse con todo el poder. Pero considera que “no todo vale” y anuncia que va a luchar “por lo que me corresponde”.
—En menos de un año pasa de ser el gestor deportivo y consejero a ser excluido del club. ¿Piensa hacer algo al respecto?
—Al Cádiz siempre le he ayudado cuando he podido. Cuando estaba en el Granada cedí a Aridane y Álvaro García, convencí a Servando y a Fran Machado para que jugaran con el Cádiz en Segunda B y a Güiza le había dicho siempre que el Cádiz era su lugar. Me desprendí de Jorge Cordero, sabía que podía hacer una buena labor en el Cádiz, con él se hizo la plantilla que logró el ascenso.
Cuando vendí el Ciudad de Murcia hice una oferta a Antonio Muñoz para comprar el Cádiz pero apareció Baldasano. Con todo esto lo que quiero explicar es que siempre he querido al Cádiz. Llevaba la gestión deportiva en el club. El primer año tras el ascenso el equipo jugó el play-off, que se perdió por mala suerte. Cuando llegué al club el tope salarial para la plantilla era de cuatro millones y ahora es de 8 millones gracias al dinero obtenido a través de la gestión deportiva. Traje libres a Aridane y Álvaro García, y por el traspaso de ellos el club ingresó 6 millones, a los que hay que sumar la cantidad por Lucas Bijker.
No es excusa que por una investigación judicial me quiten los poderes de la gestión deportiva. Vizcaíno ha querido quedarse con todo el poder en el club y ha aprovechado un momento mío de debilidad para echarme de la gestión y de consejero. Incumple el pacto de socios de Locos por el Balón y ello me obliga a poner el asunto en manos de mis abogados.
Me siento muy traicionado por Vizcaíno. Cuando el Consejo Superior de Deportes dijo en 2014 que mi hermana y mi padre no podían estar en Locos por el Balón se le dio toda la confianza a Vizcaíno como administrador único, y cuando Calambur entró en Locos no me podía creer que no quisiera compartir la firma de la sociedad.
Por parte de Vizcaíno ha habido una mezcla de traición a mi persona, cobardía por aprovecharse de un momento en el que estaba indefenso y poca humanidad en un momento fatídico para mí. Cuando me ingresaron en prisión bajó al vestuario y dijo que había que respetar mi presunción de inocencia, algo que después él no hizo.
—Usted ha dicho que 2019 será el año de su regreso cuando lo acaban de echar y Vizcaíno tiene todo el poder. ¿Qué va a hacer para volver tan pronto si se acaba de quedar fuera del todo?
—El año 2019 quiero que sea el de mi regreso al Cádiz. Es mi gran ilusión profesional. No quiero otra cosa que volver y estar donde siempre quise estar. Pongo todas mis fuerzas en ello. No puedo programar lo que va a suceder, se trata de un mensaje de optimismo que es probable que se cumpla.
—Lo que pretende, si lo consiguiera, podría tardar muchos años. ¿Está dispuesto a esperar tanto tiempo?
—Eso lo llevan mis abogados. La otra parte no entrega las cuentas anuales de Locos por el Balón y eso produce un bloqueo. No creo que el asunto vaya a durar tantos años. Hay muchas cuestiones que resolver. Soy paciente y voy a luchar al máximo sea el tiempo que sea.
—¿No le compensa vender su parte como propone Vizcaíno? Se habla de más de 8 millones de euros que podría embolsarse por vender sus acciones.
—Me ofrecen dinero pero no me interesa. Puede más la ilusión, realizar mi gestión en el Cádiz que es lo que siempre he querido y lo que quiero seguir haciendo.
—¿Si lograra volver sería para continuar con lo que hacía antes o sería a costa de echar a Vizcaíno?
—Hablar de futuro no es algo que de lo que me ocupe en este instante. No tengo previsto que sucedería. Ahora me centro en recuperar lo que me corresponde.
—¿Cómo está repartido el accionariado?
—Calambur, sociedad de mi hermana, tiene el 50 por ciento de Locos por el Balón, sociedad que posee aproximadamente el 60 por ciento del Cádiz. En su momento se le dio la confianza a Vizcaíno para que fuese el administrador único de Locos por el Balón. Cuando dejé el Granada y me quise incorporar al Cádiz se le pidió la firma mancomunada para administrar la sociedad pero se negó rotundamente y hubo que hacer un pacto de socios por el que yo llevaba la parte deportiva y él la económica y comercial, el voto en la junta de accionistas y la presidencial del club. Hay contempladas indemnizaciones por incumplimiento del pacto y lo incumple cuando me quita la firma de la gestión deportiva y me echa del Consejo. El voto suyo de Locos por el Balón es clave para quitarme de consejero.
—Los dos se acusan mutuamente de romper el pacto.
—Yo no lo he roto. Ejercí mi función en la gestión deportiva hasta que él me la retiró.
—El Cádiz se ha personado en la Operación Líbero con el argumento de defender el interés del club. ¿Qué opinión le merece esa postura?
—Ese tema es una excusa que utiliza Vizcaíno para echarme y querer hacerme daño. Su complejo de inferioridad le hace querer ostentar todo el poder y que la gente vea que él domina toda la situación.
Él utiliza el nombre del Cádiz, que se persona pero el club lo hace porque él manda en todo. Es una cosa personal. Quiere aprovechar para ir en contra de mí. Los últimos autos judiciales los va enseñando por ahí para hacer creer que esto avanza y lo que hace es confundir a la gente.
—¿Cometió Pina alguna irregularidad durante su estancia en el Cádiz?
—Ninguna. Hice contratos federativos visados por La Liga. Ni siquiera conozco las cuentas del club pese a que he sido consejero hasta hace muy poco y a que Calambur tiene una parte importante del accionariado. Fui con un notario a que me entregaran las cuentas cuando era consejero y no me las dieron. En las reuniones de los consejos no me daban las actas pese a que es una obligación.
—Parece que en los contratos de los canteranos Momo y Diagne alguien pudo haber falsificado la firma de Vizcaíno. ¿Sabe algo de eso?
—Son contratos federativos firmados por el presidente cuando él tenía la firma deportiva y yo no podía gestionar. Si él dice que se ha falsificado su firma que busque quién ha sido. Yo no desde luego.
—Mantienen un conflicto que se dirime en los juzgados. Habrá un ganador y un perdedor y a tenor de los hechos se ve que usted está perdiendo.
—No entro en eso. Lo que no puedo hacer es quedarme de brazos cruzados cuando me dejan fuera del Cádiz. Que esté investigado no quiere decir que tenga que perder mi función. No estoy inhabilitado ni condenado, no hay nada que me impida poder seguir con mi trabajo. Vizcaíno no ha respetado mi presunción de inocencia. No veo que él esté ganando, se aprovecha de la confianza que se le dio y eso tiene que tener consecuencias.
—¿No cabe la más mínima posibilidad de un entendimiento entre los dos?
—Ahora mismo lo veo imposible. Yo lo que quiero es recuperar mi gestión en el Cádiz. No me tengo que sentar con nadie para vender. No es mi idea. Si Vizcaíno no me hubiese echado yo hubiese seguido con mi labor reflejada en el pacto de socios.
—¿Considera que ha despreciado a Vizcaíno al hablar de él como un subalterno o decir que no lo iba a hacer millonario?
—Cuando digo algo no pretendo despreciar a nadie. No creo que deba pagarle a él y hacerle millonario, no soy el idóneo para eso.
—Está a punto de cumplirse un año de la Operación Líbero. ¿Teme que la caiga una condena?
—Estoy tranquilo porque no he cometido ningún delito. Es una situación a la que no estoy acostumbrado y espero que todo termine bien. La Justicia tiene derecho a investigar.
—Se le investigan por supuestos hechos graves. ¿Ha blanqueado dinero en operaciones de traspaso de jugadores?
—No quiero hablar de asuntos que están en la vía judicial. Lo que sí puedo decir es que no estoy implicado en nada que tenga que ver con el blanqueo. Hubo una época, cuando yo estaba en el Granada, que existieron en el fútbol fondos de inversión extranjeros, de terceras personas o grupos, que tenían derechos de jugadores. Era algo que sucedía en muchos clubes. Yo nunca he entrado en asuntos de blanqueo de capitales. No estoy dentro de los fondos de inversión.
—Parece que usted no era muy cumplidor con Hacienda.
—He cumplido como cualquier persona. Era algo relacionado con Calambur. Estoy al día con Hacienda.
—¿Cometió delito de insolvencia punible?
—Esos asuntos de los que me habla son judiciales y no puedo ni debo hablar de ellos. Pero no hay nada.
—¿Tiene dinero en algún paraíso fiscal?
—Claro que no. No tengo.
—¿Engañó usted a Vizcaíno para escapar de su control en el movimiento de jugadores a través del IASA (club uruguayo)?
—Para nada. Él fue quien viajó a Uruguay para llevar la negociación con el IASA. Él me dijo que era interesante. Nunca he ido allí y él sí. No hay relación entre el Cádiz y el IASA.
—¿Cree que Vizcaíno quiere verle a usted en prisión?
—Estoy seguro de que sí. Él quiere verme en prisión. He tenido el apoyo de muchísima gente del fútbol y de fuera del fútbol. Los días que estuve en prisión preventiva se burlaba de la situación cuando se dirigía a la gente de mi entorno. Es algo que yo no podía esperar de él, es una cuestión de humanidad. Mi familia siempre se ha portado bien con él. No le importa que vaya a la cárcel con tal de quedarse con todo el poder en el club.
Vizcaíno está en el caso Invercaria y lo último que le puedo desear es que pueda ingresar en prisión. Cuando a uno le toca entrar en prisión como a mí mientras se investigaba es un trago muy malo, duele mucho por la familia y no se lo deseo a nadie. No todo vale.
—¿Renunciaría a intentar volver al club si fuese condenado?
—No me planteo que me vayan a condenar porque no he hecho nada para merecerlo.
—¿Qué le parece que su sustituto en el Consejo de Administración del club sea Martín José García Marichal?
—Esta persona ha nadado entre dos aguas. Él me presentó a Rafael Fernández para que lo convenciese de que entrara en el proyecto del Cádiz. Después tuve problemas en el Consejo. He notado que él -en alusión a García Marichal-, que es el secretario del Consejo, estaba dirigido por Vizcaíno. El secretario me prometió que me iba a dar las actas de las reuniones del Consejo, me corresponde por ley, pero nunca me las dio, como máximo decía que me las iba a enseñar. Me ha decepcionado como persona.
—¿Qué sentimiento tiene hacia Vizcaíno?
—Me ha hecho ver de lo que es capaz de hacer una persona por tener todo el poder. Me ha hecho ver que el poder puede llegar a corromper. Si quiere el poder es mejor conseguirlo con dignidad, no con traición.
Tengo asumida la situación y sé que debo tener mucha paciencia porque es justo que recupere lo que me pertenece. Creo en la Justicia y estoy convencido de que volveré al Cádiz. Mi imagen en el fútbol no se ha visto afectada, se ha podido explicar la realidad.
Vizcaíno ha claudicado y ha aprendido a no avasallar como hacía antes. Quería cargarse a las Brigadas Amarillas, querellarse contra el representante de Locos por el Balón e ir contra los medios de comunicación. Ahora ha aprendido.
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