Zarpazo a la Liga (2-1)

El resultado del Cádiz-Almería

El conjunto amarillo noquea con remontada a un rival directo y aumenta a ocho puntos la diferencia en plaza de ascenso directo

Iván Alejo, con el balón, celebra el primer gol del Cádiz ante el Almería.
Iván Alejo, con el balón, celebra el primer gol del Cádiz ante el Almería. / Fito Carreto

Cádiz/El Cádiz CF dio un sonoro golpe a la Liga gracias a un trabajado triunfo sobre el Almería (2-1), remontada incluida, con el que recuperó el pulso y apuntaló no sólo el liderato, sino sus opciones de ascenso directo.

La victoria se la ganó a pulso el Cádiz CF en un choque equilibrado que se inclinó hacia el equipo que estuvo más acertado, con Álex Fernández como soporte y autor del tanto que dejó los tres puntos en casa. Le bastó a los anfitriones con dos remates a puerta para quedarse con todo el botín. Lo que cuenta es el acierto y la suerte. Todo cuenta y el líder reaccionó a lo grande. Un paso más hacia el objetivo.

No es un triunfo cualquiera. El Cádiz CF llega a los 55 puntos y deja nada menos a ocho al Almería y también al Huesca, que no pasó del empate. Una considerable diferencia a falta de 12 jornadas.

Con la sorpresa de Iván Alejo en el once y Salvi en el banquillo y la titularidad de Yann Bodiger cuatro meses después (la última fue en Albacete), los locales desplegaron su habitual 4-4-2, con Álex Fernández como segundo punta y libertad de movimientos en ataque.

Las energías que emplearon los de casa en el arranque se transformaron en un jarro de agua fría en diez minutos, los que tardaron los visitantes en adelantarse en el marcador. Primera llegada, primer gol.

La jugada nació tras una falta sobre Iván Alejo no señalada por el árbitro en la parcela del Almería, pero todo lo demás fue acierto de los rojiblancos y error de los amarillos, sorprendidos por un veloz contragolpe que se tradujo en el 0-1. Probaron su propia medicina.

El intento de Darwin Núñez, ya dentro de área, tropezó contra la zaga y el esférico llegó a José Corpas, completamente solo al otro lado. Remató, rechazó Espino en la línea de portería y el balón volvió al atacante, que no perdonó en segunda instancia.

El tanto fue un mazazo. Una vez más, el Cádiz recibía un gol que le obligaba a ir al remolque, con el lastre que supone para un equipo al que le cuesta un mundo abrir defensas. Pero para eso está Alberto Perea.

La primera aparición seria del manchego se convirtió en el empate. Arribó hasta la línea de fondo, centró al primer palo y en la pugna entre Choco Lozano y Maras el balón tropezó en el zaguero y se fue directo al interior de la portería. 1-1 en el 16, sólo seis minutos después del 0-1.

La fulgurante reacción fue un alivio para la parroquia cadista y abrió el camino de la esperanza de una remontada. Los de casa tomaron el mando del partido ante un rival que practicó el acordeón: repliegue en su terreno y salidas con rapidez, eso sí, sin consecuencias más allá del madrugador zarpazo.

El intercambio de golpes no calmó las ansias de unos y otros, aunque la prudencia fue ganando peso en una primera mitad que no deparó ocasiones más allá de los goles. El Cádiz se aplicó en las labores de destrucción y se encomendó a Álex y Perea para tratar de romper la espesura en ataque, pero el intermedio irrumpió con tablas tras un intenso periodo inicial. Mucha pelea y poco juego.

Todo estaba por resolver en un partido nuevo de 45 minutos y los almerienses dieron la sensación de dar un paso al frente, con una presión más alta por momentos.

El duelo se trasladó a los banquillos con las primeras sustituciones. Álvaro Cervera apostó por la explosividad de Salvi con media hora larga por delante. Su entrada fue providencial porque puso la semilla del segundo tanto.

Apenas llevaba cinco minutos sobre el césped, cuando el de Sanlúcar se escapó de su par por velocidad en el 58, se internó por la derecha hasta la línea de fondo y sirvió raso al primer palo, donde Lozano y Álex Fernández fueron al remate en boca de gol, tocó el hondureño en la pugna con un defensa y el madrileño, desde el suelo, cazó el esférico para marcar con un suave toque. 2-1.

Los locales obraron una remontada que estuvo a un tris de irse al traste casi sin respiro cuando tras el saque centro los visitantes fabricaron una jugada de tiralíneas que Jonathan culminó dentro del área con un tiro al larguero cuando el gol parecía inevitable, con Cifuentes fuera de la portería.

El susto morrocotudo fue el anuncio del sufrimiento que aguardaba a los amarillos en el tramo definitivo. El Almería fue arriba con todo, con una defensa de tres y una oleada ofensiva en toda regla que metió el susto en el cuerpo a la parroquia cadista cuando el balón estuvo más tiempo del habitual dentro de área.

Los de casa no aprovecharon los amplios espacios para dar la puntilla pero se defendieron con uñas dientes mientras Perea trató de anestesiar el partido cuando tuvo el balón en su poder, ya con Sergio González y Álvaro Giménez sobre el césped.

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