La afición del Cádiz CF disfruta del día en Bilbao y sufre con la derrota ante el Athletic
Unos 500 seguidores amarillos vieron el partido en San Mamés
El Cádiz CF, un coladero (4-1)
El Cádiz CF se llevó un duro varapalo en su visita a San Mamés en el arranque de la segunda vuelta el viernes 3 de febrero. Después de dos temporadas consecutivas dando campanadas en la Catedral (0-1 en las visitas anteriores), en esta ocasión le tocó sufrir un baño de realidad con un contundente 4-1 que resultó decepcionante, a modo de aviso de lo complicada que será la concreción del objetivo de la permanencia en Primera División.
El partido generó cierta expectación. Había ganas de fútbol en la capital vizcaína. Más de 42.000 espectadores se dieron cita en el moderno templo rojiblanco. En entre ellos, unos 500 aficionados cadistas llegados desde diversos puntos de la geografía española con la esperanza de poder ser testigos de otra noche gloriosa de su equipo. No pudo ser. Sucedió todo lo contrario. Los deseos tropezaron con los hechos y con un Sancet en estado de gracia, autor de un triplete.
Los seguidores amarillos se marcharon con el desencanto que supone ver al equipo caer de manera abultada, pero al menos vivieron la experiencia que significa ver un partido en la grada de San Mames y disfrutar de la previa en los bares situados en los alrededores del estadio en una jornada intensa.
Como señalaron desde la peña 4 Gatos después del encuentro, "buen día en Bilbao, pésimo resultado". Los aficionados cadistas se mezclaron con los seguidores rojiblancos en las horas previas a la disputa del partido que abrió el telón de la segunda vuelta del campeonato. Lo mejor del día fueron las horas de fiesta y conversación antes del encuentro.
Lo más destacado, sin duda, la armoniosa convivencia entre los hinchas de las dos escuadras. El fútbol como elemento de unión y disfrute. Un buen recuerdo pese al varapalo en una noche aciaga del equipo.
Hubo una quedada de seguidores amarillos a las cinco de la tarde en el bar Ziripot, muy cerca de San Mamés. La fiesta se vivió fuera del estadio, en los alrededores, horas antes de partido. Después, cuando el balón empezó a rodar en la hora de la verdad, los aficionados del Cádiz CF animaron a los suyos pero asistieron a una derrota que fue dolorosa. La Liga es así. Esta vez tocó perder. El universo cadista ya piensa en una victoria sobre el Girona el próximo viernes 10 de febrero con la que enderezar el rumbo camino de la salvación.
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