El asidero de los destellos
Cádiz CF | El análisis
El equipo amarillo aumenta sus tics de debilidad, no termina de funcionar en el plano colectivo y queda a expensas de los chispazos puntuales de sus jugadores de referencia
Cádiz/Si el Cádiz CF pretende cumplir el segundo objetivo de la temporada (el primero, consistente en la permanencia, lo concretó en marzo), el de la clasificación para la fase de ascenso a Primera División, no debería tardar en plantearse añadir alguna que otra victoria a su cuenta de resultados antes de que sea demasiado tarde.
El verbo ganar se cae del manual de instrucciones cuando llega la hora de la verdad. Se repiten los síntomas del pasado a la espera de una reacción que no se atisba en el horizonte que supere la barrera del empate. Las sensaciones no son nada buenas. Recibir tres goles, y en casa, a estas alturas de la temporada no habla bien del equipo. Y marcar tres en casa y no ganar es para tirarse de los pelos.
Más allá de los tres puntos de regalo recibidos del encuentro no disputado contra el Reus, cuando el balón echa a rodar la realidad es que el equipo amarillo sufre un atasco kilométrico hasta el extremo de encadenar cuatro jornadas consecutivas sin un triunfo que llevarse a la boca. El regusto es amargo y las dudas no hacen más que engordar en los últimos tiempos.
Tres escasos puntos de los últimos 12 dirimidos sobre el césped. Ese es el preocupante balance más reciente, el que sitúa al Cádiz CF en un escenario complicado no porque no tenga a mano el play-off, que lo sigue viendo cerca, sino por su repentina pérdida de solidez reflejada en la sangría de puntos. El equipo deja de ser fiable. Todo queda a una suerte de cara o cruz, a la aparición estelar de Machís, a una ratonería de Manu Vallejo, a un balón parado de Aketxe... El Cádiz CF se sostiene a duras penas no como colectivo, sino por destellos individuales.
El mayor pecado del conjunto de Álvaro Cervera es haber dejado escapar seis puntos en los tres partidos seguidos como anfitrión que fue incapaz de sacar adelante. Tres empates y la oportunidad desperdiciada de dar un estirón en la tabla. Las posibilidades de entrar en el play-off se pueden ir al garete en el estadio Carranza. Si el equipo no hace los deberes en casa es difícil que pueda aspirar al premio gordo. No pudo con el Lugo, tampoco con el Córdoba ni con el Real Zaragoza, rivales de la zona trasera que luchan por la salvación.
No saca partido al factor como local y nueve de los 17 visitantes se han llevado al menos un punto del Carranza, donde los gaditanos ganan el mismo número de partidos que empatan: ocho.
La pasada temporada, el Cádiz CF también dejó de vencer en un esprint final marcado por un desmoronamiento que se convirtió en el anticipo de un decepcionante desenlace. Se empachó de empates y el goteo punto a punto acabó pasando factura al dejar de avanzar de tres en tres.
El equipo lo pasó muy mal el pasado lunes cada vez que el Zaragoza atacó. Fue el Cádiz CF más endeble de los últimos años que hizo aguas por todos lados, a merced de un adversario que marcó tres goles pero pudo hacer más. Sólo cuando los maños dieron un paso atrás para tratar de administrar el 1-3 los amarillos dejaron de sufrir atrás para volcarse arriba a la desesperada, sin orden pero con garra y chispazos puntuales que propiciaron la igualada en el minuto 90.
Pese a los sucesivos tropiezos, las opciones de éxito se mantienen intactas. El Cádiz CF no es el único que ralentiza su marcha. El Málaga y el Deportivo de La Coruña también tienen dificultades para sostenerse en la zona noble. Si los de Cervera son capaces de rehacerse, estarán a tiempo de colarse entre los mejores. De momento residen en la séptima plaza.
Buena parte de las posibilidades pasan por las cualidades de Darwin Machís. El peso en ataque recae sobre el venezolano, que marca la diferencia con su capacidad de desborde y su acierto en el remate. Marcó un auténtico golazo en una mezcla habilidad, velocidad y puntería con un contundente golpeo de balón. Es un lujo que el Cádiz CF no debería desaprovechar.
Machís se echa la espalda al equipo y Ager Aketxe llega a tiempo para aportar su grano de arena. El vasco firmó su primer gol de falta de la temporada y demostró que su aportación puede ser decisiva en el desatasco de partidos. Con el golazo a balón parado ayuda al equipo y a su autoestima. Le toca ejercer el papel de suplente pero está preparado para dar golpes de efecto como el del pasado lunes.
Y la cuestión para la que no hay solución es la del lateral izquierdo. El uruguayo Espino pasó de la titularidad a la grada tras demostrar que aún no se ha adaptado al fútbol español y Matos no termina de dar el paso. El misterio es por qué no juega Brian. Un expediente digno de Cuarto milenio. El catalán es el lateral zurdo que mejor rendimiento ha dado durante la temporada, pero está condenado al ostracismo por decisión del entrenador. Brian no es peor que Espino y Matos, pero no entra en las convocatorias mientras el equipo se desangra, entre otros, por el lado izquierdo.
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