Balance de la temporada del Cádiz CF: el año de la resiliencia
El equipo superó todo tipo de adversidades para cruzar la meta fuera de la zona de descenso
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Cádiz/El Cádiz CF culminó con éxito una temporada 2022/23 en la que fue de menos a más después de un peligroso flirteo con el descenso. El gran mérito fue su capacidad para superar todo tipo de adversidades, cruzar la meta delante de otros seis equipos y conseguir la permanencia.
Estas son algunas claves de la campaña que llega a su fin, de un año deportivo marcado por la resiliencia de un equipo que se hizo fuerte y no paró hasta cumplir su cometido:
Un comienzo más que preocupante: Las cinco jornadas iniciales con una derrota tras otra encendieron todas las alarmas. Fue el peor arranque en la historia del club en la máxima categoría, colista de la clasificación y considerado como un claro candidato al descenso. El Cádiz CF era un equipo endeble que sólo recibía goles y no marcaba ninguno. La sensación era que el club se había quedado corto en el mercado de verano.
La remontada: Esa pésima puesta en marcha abocó al equipo a transitar en puestos de descenso toda la primera vuelta, aunque el cambio de rumbo empezó en la sexta jornada con aquella agónica victoria (0-1) en Valladolid. El Cádiz CF activó la facturación de puntos, recuperó terreno y en 14 capítulos sumó 19 con los que llegó al ecuador de la temporada. El triunfo (3-2) sobre el Atlético de Madrid fue la campanada más sonora y después del Mundial fue hacia arriba. Se fue al parón en el penúltimo puesto y concluyó en el 14º que para un modesto es como si hubiese ganado la ‘Champions’.
El mercado de invierno: Como en el curso anterior, el Cádiz CF elevó en enero el nivel de la plantilla con la incorporación de jugadores que desempeñaron un papel relevante (no en todos los casos). Casi un tercio de los 30 goles de los amarillos durante el campeonato, nueve, llevaron la firma de los nuevos. El más destacado fue Gonzalo Escalante, director de orquesta en el centro del campo y autor de cuatro tantos.
La segunda vuelta: Con una plantilla retocada con vistas al tramo más importante, el Cádiz CF fue a más y en la 23ª jornada abandonó la zona de descenso para no volver jamás. Encadenó 16 episodios fuera de los tres últimos puestos hasta finalizar en el 14º, el segundo más alto que había alcanzado (llegó a vivir en el 13º la penúltima semana). De las seis victorias en el segundo periodo, las más llamativa fue la conseguida a domicilio frente al Betis (0-2) al ser la primera vez en su historia que asaltaba en Liga el feudo verdiblanco. En la segunda vuelta mejoró sus números y se hizo con 22 puntos que, unidos a los 19 de la primera, fueron suficientes para renovar el visado.
Irregularidad: El equipo alternó actuaciones de mérito contra otras más inquietantes, montado en una especie de montaña rusa que sin embargo no le impidió avanzar hasta amarrar la permanencia pese a no llegar a ganar dos partidos seguidos y a sus problemas con el gol. Errores garrafales, penaltis en contra en los últimos... trabas que fueron sorteadas con oficio. Cuando el Cádiz CF fallaba en un partido, no tardaba en reaccionar en el el siguiente.
Dulce hogar al final: Esos brotes de inconstancia le hizo sufrir vaivenes en su estadio y la derrota (0-1) ante un Osasuna con suplentes supuso un mazazo en toda regla. Pero cuando llegó la hora de la verdad, el conjunto de Sergio González no falló y enlazó tres victorias seguidas en el Nuevo Mirandilla que resultaron determinantes (2-1 al Valencia, 2-0 al Valladolid y 1-0 al Celta de Vigo) no sólo por los puntos sumados, que fueron oro molido, sino porque además tumbó a tres rivales directos.
Compromiso: El cuerpo técnico y los jugadores trabajaron a destajo hasta cumplir el objetivo. Derrocharon esfuerzo y demostraron una fortaleza mental que le llevaron a superar momentos delicados. Nunca bajaron los brazos y estuvieron a la altura de la exigencia del escudo.
Lesiones: El Cádiz CF se sobrepuso al obstáculo de la temporada. Más de la mitad de la plantilla sufrió lesiones de mayor o menor calado y hubo jugadores que quedaron fuera de combate (Zaldua, Cala, Brian Ocampo, Víctor Chust). Las dolencias se extendieron desde el principio hasta el final de curso, pero nada pudo con un equipo que luchó sin descanso.
Arbitrajes: Un año más, el equipo amarillo fue objeto de actuaciones arbitrales lamentables que pudieron poner en peligro la permanencia. De hecho, la salvación hubiese llegado antes sin escándalos como los vividos en los duelos en casa ante el Elche y el Getafe, por citar sólo un par de ejemplos. Ante el cuadro ilicitano fue la primera vez que el VAR no detectó un hecho tan simple y no interpretable como un fuera de juego que permitió el gol del empate de los franjiverdes e impidió que el Cádiz CF sumase los tres puntos. O aquel lío que formó Hernández Hernández ante el Getafe con dos penaltis en contra de los gaditanos, uno rebasado el tiempo de prolongación. Sin olvidar la redacción del acta que conllevó duras sanciones.
La afición: Pocas veces se vivió una comunión tan emotiva entre el equipo y una hinchada que, pese a sus momentos de enfado por la errática marcha, se entregó en cuerpo y alma para llevar en volandas a los suyos. Recibimientos apoteósicos, ambientazo en la gradas de un Nuevo Mirandilla convertido en una olla a presión y siempre con presencia (en mayor o menor número) en los desplazamientos.
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