El orgullo cadista de un americano
Ben Harburg alucinó con el recibimiento de la afición al equipo antes del partido contra el Real Madrid
Cádiz/El Cádiz CF es un club pequeño y grande a la vez. Dispone de un modesto presupuesto (comparado con la mayoría de competidores que militan en Primera División) pero cuenta con una fiel afición que tiene un valor incalculable.
El alcance del conjunto amarillo es mundial porque hay cadistas repartidos por todo el planeta. Uno de ellos sigue desde la lejanía la evolución del equipo. Se trata de Ben Harburg. Es cadista por afición y por su implicación como accionista del club.
Harburg nació en Estados Unidos y de niño vivió con su familia un par años en El Puerto de Santa María. Desde entonces mantiene un vínculo con Cádiz. Regresa siempre que puede para reunirse con las amigos que conserva y disfrutar de la zona.
De mayor, ya como empresario de éxito (es socio gerente de MSA Capital), sociedad de inversión global con más de dos mil millones de euros en activos), aprovechó la oportunidad para comprar un paquete de acciones del club (en torno a uno seis por ciento) y convertirse en 'observer' del consejo de administración desde la distancia. Quién sabe si en el futuro acaba adquiriendo la mayoría de las acciones.
Ben Harburg vive en China pero no pierde de vista cómo va el equipo. Pese a al diferencia horaria, no se pierde un partido por televisión. El pasado domingo 15 de mayo, se pronunció a través de su cuenta de twitter, en la que consta en su cabecera una fotografía de jugadores del Cádiz CF celebrando un gol.
Americano con sentimiento cadista. El empresario alucinó con el masivo recibimiento que la afición brindó al equipo a su llegada al estadio para disputar un partido trascendental frente al Real Madrid. "No puedo estar más orgulloso de nuestro equipo y vuestra ciudad", dijo Harburg tras comprobar cómo se volcó la hinchada.
El próximo domingo estará pendiente de la última jornada, en la que el Cádiz CF se juega la permanencia en la máxima categoría. Si el equipo amarillo se queda en Primera, estallará de alegría a ocho mil y pico de kilómetros de distancia.
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