Pedro M. Espinosa
¿Dónde están los tíos?
El Cádiz CF dijo adiós a su etapa de cuatro temporadas consecutivas en Primera División con una sonrojante derrota en el campo del Almería que despertó la indignación de los aficionados, que tuvieron que asistir (algunos en el propio estadio y la inmensa mayoría por televisión) a la indigna actitud de su equipo. El 6-1 supone toda una humillación que no hace sin ahondar en la profunda herida que supone el descenso que se había consumado hace menos de una semana.
El comportamiento de los jugadores fue impropio de profesionales que están muy bien pagados por defender el escudo de un equipo seguido por miles de personas que se desviven y se gastan lo poco que tienen por ofrecer su aliento. Los futbolistas no fueron dignos representantes del Cádiz CF. No es bueno decir las cosas en caliente, pero el sábado 25 de mayo demostraron que no merecen vestir la camiseta ni llevar un escudo que despreciaron con su penosa actitud.
Mientras algunos reían en el banquillo, miles se seguidores sufrían por enésima vez esta temporada. La parroquia cadista llevaba días asumiendo el amargo trago del descenso y de pronto tuvo que contemplar cómo el escudo era pisoteado por los que se supone que tenían que defenderlo a capa y espada. Una vuelta de tuerca de más tener que soportar una humillación antes de bajar el telón. ¿No podía haber sido un epílogo más digno?
Si los jugadores no son conscientes de que están representando a miles de seguidores entonces es que no valen para esto. La primero es el respeto por su gente y no lo tuvieron. En el mundo del balompié hay una cantinela que dice que los futbolistas son egoístas y van solo a lo suyo. Los del Cádiz CF lo demostraron con creces en Almería. Pasaron de todo, no se pararon a pensar en la afición, sino en ellos mismos. ¡Qué vergüenza! No son dignos de vestir esa camiseta.
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