La buena racha llega a su fin
Málaga - Cádiz CF | la crónica
Una mala segunda parte y un claro penalti escamoteado en la primera condenan al equipo amarillo
Cádiz/Alguna vez tenía que acabar la excelente racha. El Cádiz CF se volvió humano con una derrota que puso fin a la brillante secuencia de siete victorias consecutivas. Cayó 1-0 en el estadio del Málaga, uno de los favoritos al ascenso, arrastrado por una deficiente segunda parte que hizo inútil uno de los primeros periodos más consistentes de la temporada.
Cuando al otro lado está el rival más poderoso de la Liga, la única manera de puntuar es con noventa y tantos minutos de alto nivel y al Cádiz le faltó la mitad. Siempre quedará la duda de qué hubiese sucedido si el árbitro no hubiese escamoteado un clarísmo penalti a favor de los amarillos al borde del descanso. El colegiado influyó en el desenlace del encuentro.
Jairo fue la única novedad en un once que apenas experimenta cambios en los últimos tiempos. Los dos equipos se posicionaron con un 4-4-2, con Álex Fernández escorado a la derecha en un duelo que arrancó con un ritmo intenso, como si ambos quisieran marcar territorio desde el primer instante.
Los gaditanos cuidaron con mimo su parcela para contener el empujón inicial de los locales. La clave estaba en no conceder un solo centímetro y a ello se pusieron. Cumplieron esa misión parcial con un orden milimétrico y hasta fueron los primeros en pisar el área contraria al filo del cuarto de hora con un flojo cabezazo de Lekic tras una meritoria acción colectiva a la contra.
El partido empezó a caminar en la dirección que quería el Cádiz, cómodo en las labores defensivas ante un adversario que no hallaba la más mínima rendija por donde colarse. Y además amagó con contras peligrosas a las que sólo le faltaron el último pase.
La visa sonreía a un conjunto, el amarillo, que tenía todo bajo control aunque enfrente estaba la escuadra más poderosa de la categoría de plata que tarde o temprano iba a despertar. Lo hizo en la frontera de la media hora con un testarazo de Blanco Leschuk, solo delante de la portería, que no se convirtió en el 1-0 gracias al paradón de Alberto Cifuentes. Cuando el sistema flaquea, ahí está al cancerbero para sostener a los suyos.
La primera parte pasó como un rayo, con un ritmo frenético y un Cádiz sin complejos, que acabó arriba con una presión asfixiante, reflejo de su mejor tono. Poco antes del intermedio, en el 42, el colegiado Trujillo Suárez se comió un penalti de libro a favor de los visitantes cuando Pau Torres, dentro del área, desvió el esférico con el codo izquierdo tras un derechazo de Álex Fernández -dibujó una pared de manual con Manu Vallejo- que tenía visos de finalizar en gol.
Los jugadores lo vieron tan claro que rodearon al árbitro para reclamar la pena máxima que nunca llegó a lanzarse. El zaguero local no tenía el brazo en una posición natural y el penalti no ofrecía discusión. Lo vieron todos menos el dueño del silbato.
El trencilla, con ese craso error, birló al Cádiz la posibilidad de irse al descanso con ventaja. Sin duda una jugada clave que no arredró a un equipo que insistió. En el 44, un testarazo de Garrido murió en las manos de Munir.
Juanpi, con un latigazo que se perdió junto a un poste, estuvo muy cerca de traducir en gol el acoso de los costasoleños en al reanudación. Dieron un paso al frente los anfitriones con una presión asfixiante que no dio respiro a un Cádiz que empezó a pasarlo mal. En el 53, el árbitro anuló un gol a Harper tras marcar el ariete en fuera de juego al recoger el rechace a un paradón de Cifuentes después de un tiro colocado de Juanpi.
El Málaga alteró el guión del partido con más hombres arriba y la placidez con la que habían vivido los amarillos se esfumó de un plumazo. Para colmo, Sergio Sánchez se marchó lesionado y dejó su lugar a Kecojevic con media hora por delante. Poco después le llegó el turno a Carrillo, poco acertado.
La persistencia de los malagueños obligó a dar un paso atrás a los foráneos, que apenas olían el balón. Se veía venir lo peor y lo peor llegó en el minuto 70, cuando Ricca elevó el 1-0 al marcador al rematar en el área pequeña un centro de Harper. La zaga cadista concedió una segunda jugada tras un saque de esquina y los locales no perdonaron para inclinar la balanza a su favor.
No le quedaba otra al Cádiz que salir de la cueva en busca de un empate que se tornó imposible. Cervera tardó en reaccionar hasta que, siete minutos después del gol, se jugó la carta de Aketxe de lateral izquierdo. Lo intentaron hasta final los gaditanos, pero no tuvieron puntería.
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