El llanto del canterano del Cádiz CF y el noble gesto del entrenador

Cádiz/El partido entre el Cádiz CF y el Eldense correspondiente a la segunda eliminatoria de la Copa del Rey se desarrolló con igualdad en el marcador hasta el gol del cuadro alicantino que llegó en los instantes finales. El conjunto amarillo perdió 0-1 en el estadio Nuevo Mirandilla y añadió una decepción más a su funesta temporada.

La jugada clave del encuentro sucedió pasado el minuto 80. El chiclanero y ex cadista Iván Chapela, futbolista el Eldense, fue agarrado dentro del área por Julio Cabrera. El árbitro del partido, Álvaro Moreno Aragón, señaló penalti y además expulsó al jugador del cuadro amarillo después de mostrarle la segunda cartulina (la primera se la habia enseñado en los compases iniciales).

El lateral izquierdo estaba disfrutando de una nueva oportunidad en el primer equipo. La Copa del Rey era una ventana abierta para intentar dar un paso al frente porque en la Liga no tenía sitio. De hecho, al no contar con minutos en el campeonato, pasó a jugar con el filial (el Mirandilla).

Tras cometer el penalti, el canterano (21 años) se dio cuenta enseguida de que esa jugada podía ser decisiva en el devenir del encuentro, como de hecho así fue. Cuando abandonaba el terreno de juego totalmente roto, fue consolado por algunos compañeros se acercaron para darle ánimos. La afición, que no estaba nada contenta con su equipo, entendió que el futbolista necesitaba apoyo en ese momento tan complicado y le despidió con aplausos.

Cuando Cabrera llegó a la zona del banquillo, también fue apoyado por sus compañeros y miembros del cuerpo técnico. Una vez en el vestuario tras consumarse la eliminación del Cádiz CF, Cabrera estaba muy dolido con lo que le había sucedido. Quizás se sentía culpable. El joven olvereño sufrió una situación difícil que le puede curtir y hacerse más fuerte.

El entrenador, Paco López, sabía mejor que nadie el mal trago que estaba pasando Julio Cabrera y en la rueda de prensa posterior al encuentro dio la cara por él: "Estaba destrozado en el vestuario, estaba llorando. Me ha pedido perdón y le he dado la enhorabuena por el partidazo que ha hecho. Ha tenido ese desliz, como le podía haber pasado a cualquiera. No tenía una papeleta sencilla y ha hecho un gran partido".