Dos cadistas y gaditanos que comparten calvario

El calendario suele ser muy caprichoso y el de esta temporada en Segunda División A deparó que el Cádiz se viera las caras en las últimas jornadas con el Murcia y el Huesca. Todo eso con dos gaditanos y cadistas en ambos banquillos, Jose González y Antonio Calderón, respectivamente. Y todo ello con estos dos equipos y el Cádiz metidos hasta la bandera en problemas para evitar el descenso. Se antoja difícil que los tres salgan airosos de este tremendo reto en el que se ha convertido la supervivencia en la categoría de plata.

El primer episodio del duro culebrón llegará el próximo domingo con la visita del Murcia al Ramón de Carranza. Si el Cádiz gana, el paso hacia la permanencia será tremendo. El precio que se pagará, para los más nostálgicos, es que podría ser la tumba deportiva de Jose González, gaditano y cadista al que en la Plaza de Madrid se le debe mucho.

En el encuentro de la primera vuelta, Jose dejó para la galería una frase lapidaria que decía que si su equipo no ganaba se metía en problemas, y que si ganaba, el que estaría en problemas era el Cádiz. Corazón dividido que se dice, ya que en lo deportivo su interés es plenamente pimentonero. Lo profesional manda.

El domingo se vivirá una situación angustiosa con dos históricos venidos a menos que económicamente podrían sufrir un revés tremendo si pierden la categoría. Jose ya vivió un caso parecido en la temporada 2007-08, en la que su equipo de entonces, el Córdoba, hizo los deberes en San Sebastián, al tiempo que le vino de perlas el empate cadista en el campo del Hércules, el del penalti de Abraham Paz. Vivió la cara feliz, si bien, a buen seguro, su amargura iba por dentro.

El destino pretende de nuevo que su actual equipo y el Cádiz de nuevo se vean en el contexto de una final. El que pierda dará tres pasos hacia la Segunda B. Ahora, además, el técnico gaditano del Murcia se podría estar jugando su puesto.

Y casi sin tiempo para recuperarse, el equipo amarillo cruzará su camino con el del otro ex cadista y gaditano, Antonio Calderón, cuyo conjunto también está abocado a vivir en el filo de la navaja hasta la última jornada. Siendo optimistas, gaditanos y oscenses podrían llegar a la cita con buena parte de los deberes bien encauzados. Pero, al contrario, el pesimismo lleva a pensar en que incluso uno de los dos podría perder la categoría de forma matemática después de ese encuentro, ya que sólo quedaría uno de Liga.

El final más feliz sería que el Cádiz, el Murcia y el Huesca obtuvieran la permanencia, pero como ese deseo no es seguro que se pueda cumplir, para el cadismo lo primero será su equipo y después ver con sentimiento de pena o alegría la suerte que les corresponde a Jose y Calderón.

Los nostálgicos prefieren que al casi desahuciado Castellón le acompañen Real Unión, Salamanca y un cuarto equipo que no sea ninguno de los tres de este reportaje ni el Albacete, por aquello de dejar a David Vidal en tierra de plata porque es otro entrenador que merece el reconocimiento del cadismo. Suerte a todos.