El Cádiz CF demuestra por qué no podía estar en Primera
El equipo amarillo no da el nivel en su regreso a Segunda
Los jugadores quedan en una mala situación tras una pésima actuación
Los mensajes del entrenador del Cádiz CF con los cambios en el partido contra el Zaragoza
El primer partido oficial de la temporada 2024-25 deparó uno de los varapalos más contundentes en la reciente historia del Cádiz CF. El 0-4 en casa contra el Real Zaragoza fue un resultado demoledor que zarandeó la ilusión de un equipo y una afición que comprobaron lo complicada que puede ser la presente campaña en Segunda si no se produce un giro de 180 grados más pronto que tarde.
El conjunto amarillo llega procedente de la máxima categoría con el cartel de favorito para el ascenso en su condición de recién descendido. Pero el golpe de realidad que recibe a las primeras de cambio es de los que duelen y hasta ponen en cuestión el objetivo del inmediato retorno al grupo de los mejores. Todo una lección de humildad que supone un serio aviso. No por haber estado en la élite va a venir todo rodado. Lo que consiga se lo que tiene que ganar en el campo. Los protagonistas del desaguisado quedan en una situación delicada.
El Cádiz CF saltó al césped del estadio Nuevo Mirandilla con una alineación plagada de jugadores que hace unos meses se codeaban con la flor y nata del balompié español. Se llevaron un baño de realidad que no olvidarán jamás. Cuatro goles en contra y ni uno a favor en un espectáculo lamentable.
Salvo el portero José Antonio Caro, el lateral zurdo José Joaquín Matos y el centrocampista Moussa Diakité, los ocho jugadores restantes de la formación inicial estaban hace poco en Primera: Iza Carcelén, Fali, Víctor Chust, Álex Fernández, Iván Alejo, Rubén Sobrino, Chris Ramos y Roger Martí.
Ocho efectivos con un pasado muy reciente de la máxima categoría no fueron suficientes para hacer frente a un cuadro aragonés que, con futbolistas de Segunda y un juego efectivo, aplicó el rodillo sin piedad. La versión del Cádiz CF no pudo ser más pobre. La decepción de la afición fue mayúscula. Nadie esperaba un batacazo de esa dimensión.
Si un equipo con mayoría de hombres que todavía se creen que son de Primera es goleado en su feudo en Segunda División, la conclusión evidente es que no tenían nivel suficiente para sostenerse en la élite. Ahora se puede entender que el descenso del Cádiz CF era inevitable con jugadores que ni siquiera son capaces de dar la talla cuando tienen que competir en un escalón inferior. Así lo demostraron el pasado viernes 16 de agosto en el capítulo inaugural del campeonato en una de las peores actuaciones que se recuerdan en los últimos tiempos.
1 Comentario