Visto y Oído
Broncano
Cádiz/El escándalo desatado por el árbitro Alejandro Hernández Hernández en el partido entre el Cádiz CF y el Getafe (25ª jornada de Liga) disputado el pasado viernes 10 de marzo provocó numerosas reacciones de indignación en el universo cadista.
Un de esas reacciones proviene de la Federación de Peñas Cadistas (FPC), que agrupa en torno a un centenar de peñas. La FPC colgó un escrito en su web en el que, entre otras cuestiones, pone en duda la limpieza de la competición.
El contenido de la publicación de la Federación de Peñas es el siguiente:
¿Es cuestión del precio?
Esta Federación lleva años viajando por toda España acompañando a su equipo, nunca importó la categoría, el rival o las distancias, SIEMPRE disfrutando y compartiendo con aficiones "rivales" esta fiesta del fútbol, a veces ganando y muchas otras sin conseguirlo, pero SIEMPRE con deportividad y defendiendo los valores del deporte, la competición y la convivencia. A pesar de que en los últimos tiempos tras la vuelta a la máxima categoría de nuestro fútbol, nos han tocado innumerables situaciones en los que los errores arbitrales "muchos sin precedentes" nos perjudicaron de forma flagrante y repetitiva, hemos seguido defendiendo la integridad arbitral y la limpieza y valores de la competición.
Por convicción y aún sufriendo tantas decisiones inexplicables a ojos de cualquier amante de este deporte, siempre hemos achacado todos estos errores a simples equivocaciones, torpeza, o al bajo nivel cualitativo de algún miembro arbitral.
Lamentablemente y como se ha hecho público y ya en manos de la justicia, los pagos realizados por un club al mandatario arbitral Enríquez Negreira, "vicepresidente del CTA", generan bastantes dudas y la sensación de que las casualidades, habiendo tantos €€€€ de por medio para el interés de alguno, parecen acabar convirtiéndose en CAUSALIDADES. Todo esto invita a pensar que quizás haya una explicación a tanta mala praxis, y que la realidad es que ya no tenemos que solicitar ni respeto, ni profesionalidad, ni mejoras a nivel técnico, quizás lo que hay que solicitar es saber el precio.
Es palpable la infinidad de ocasiones en las que la llamada "sala VAR" es capaz de corregir con gran interés situaciones muy ajenas al ojo humano y al desarrollo del juego, cuando requieren infinidad de tiempo de análisis, repeticiones y alterar la velocidad real de lo sucedido, hasta poder mostrar y sancionar lo que que nadie vio en vivo. En cambio otras veces, es el ojo humano del espectador el que observa en vivo y con el normal desarrollo del juego, que algo punible ha sucedido y en cambio en numerosos casos "no hay nada que revisar".
Que estas situaciones rocambolescas y antagónicas las hayamos sufrido de forma inexplicable tantas veces, llevan a la percepción de que el esperado VAR, más que una herramienta para la competición, quizás se ha convertido en un arma para proteger o destruir a unos u otros, siempre según interese particularmente a quien lo tenga en sus manos.
Nos cuesta poner en duda vuestra palabra, tristemente son los hechos que hemos sufrido de forma continuada y la desconfianza tras el caso Negreira, o la preferencia por la RFEF de que sean dos equipos concretos los finalistas de la Supercopa, lo que nos genera mayor duda sobre la limpieza de la competición.
Quizás como en la Supercopa, también hay interés en que haya unos equipos concretos en La Liga, o quizás el hecho que nuestro club se rebele públicamente ante tanta injusticia se convierte en "otro punto de castigo", tampoco podemos descartar incluso que los intereses de las casas de apuestas tengan sus tentáculos en momentos concretos, ya todo está en tela de juicio. Por ello nos vemos obligados a tener una óptica mucho más escéptica sobre el juicio y valores que nos hace preguntarnos irremediablemente:
¿Es cuestión del precio?
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