Cádiz CF - Sevilla: ambientazo dentro y fuera del estadio
El empuje de la afición no es suficiente para que el equipo amarillo evite la derrota
El Cádiz CF se derrumba ante la pegada del Sevilla (0-2)
Cádiz/No era un partido cualquiera. El duelo andaluz entre el Cádiz CF y Sevilla se disputó con una serie de condicionantes que elevaron su trascendencia. Más allá de la rivalidad deportiva entre equipos de ciudades hermanas, separadas por algo más de 100 kilómetros, estaban en juego puntos vitales en la pelea por la permanencia. Los dos llegaban a la cita empatados a 28 y con necesidad de sumar para alejarse del peligro.
En el estadio Nuevo Mirandilla, fuera y dentro, se vivió un ambientazo que estuvo a la altura de la relevancia del partido. Y además acompañó el tiempo. Una tarde muy agradable. Una hora y media antes de las seis y media de la tarde, centenares de seguidores cadistas saludaron la llegada del autobús, que arribó al recinto por la zona de Fondo Norte. Allí notaron los jugadores el masivo apoyo de una afición que se entregó en cuerpo y alma antes y durante el partido.
Una vez en el interior, el santuario cadista fue una olla a presión con más de 19.000 almas (entre ellas algunos cientos de fieles sevillistas) que vivieron el choque con intensidad. Resonó con fuerza el clásico 'Submarino Amarillo' con el que la afición recibió la salida de los equipos al terreno de juego.
La parroquia cadista cumplió su papel a la perfección. Apretó de lo lindo desde la grada. No paró de animar, pidió penalti en más de una ocasión y no faltaron los que lucieron manos negras, como había propuesto la Federación de Peñas para protestar contra los malos arbitrajes que está sufriendo el equipo.
La hinchada no paró de animar y la fiesta acabó en decepción por una derrota que frena a un Cádiz CF que deberá seguir luchando en las próximas semanas en pos de la salvación.
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