Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
El resultado del Cádiz-Huesca
Cádiz/El Cádiz CF sigue imparable. Tres días después de asaltar el estadio Juegos del Mediterráneo, se deshizo de un rival de altura como demostró ser el Huesca (1-0) con el método de sobra conocido que además sirve para apuntalar aún más el liderato. Así te lo hemos contado minuto a minuto.
Y es que el Cádiz CF no engaña a nadie. Se pone el mono de trabajo para aniquilar al contrario con una defensa a prueba de bombas y el oportuno golpeo con una transición de vértigo, como hizo Choco Lozano en la segunda parte.
No fue un partido fácil ni mucho menos. Sudaron tinta los locales para contener las oleadas de los visitantes. Pero una vez más salieron adelante para sumar la séptima victoria en nueve jornadas y alcanzar los 22 puntos. El Cádiz se hace fuerte en la cima.
Rotaciones, las justas. Sólo tres modificaciones planteó Álvaro Cervera en la alineación: la obligada de Fali por el sancionado Marcos Mauro; Bodiger en lugar de José Mari e Iván Alejo por Alberto Perea pero escorado a la derecha y Salvi a la izquierda Lo demás, todo igual, con el clásico 4-4-2.
El arranque de los locales fue frenético, como la continuación del final del choque frente al Almería. En el minuto 4, Choco Lozano tuvo muy cerca el gol pero muy cerca del arco tiró desviado tras sortear con habilidad a Pulido.
Los de casa hicieron una doble apuesta. Por un lado, efectuaron una presión alta, con una defensa adelantada, para tratar de neutralizar la calidad de los oscenses en la salida del balón. Por otro, rápido repliegue en su parcela y buscar espacios a la contra.
Juan Carlos avisó en el 10 para los visitantes con una peligrosa internada por el centro que cortó la zaga y Salvi replicó de inmediato con una galopada y posterior disparo desviado.
El partido tomaba la senda que a priori le convenía a un Cádiz sólido en las labores de destrucción y con sensaciones de poder golpear a la contra en cualquier instante, aunque los norteños manejaban el cuero con tanta solvencia que llegaban a inquietar hasta la ventana del área. De hecho, la balanza se inclinó poco a poco hacia los aragoneses
Cada contrincante expuso sus argumentos y lograron anularse. Las ocasiones escasearon. Se impuso la precaución defensiva y eso que los anfitriones pasaron instante de agobio ante el creciente acoso de un Huesca que fue a más. Los de Michel aceleraron la circulación de balón y metieron el miedo el cuerpo sin llegar a tirar entre los palos.
Los amarillos resistieron a duras penas deseosos de la irrupción del intermedio. Poco antes perdió el gol Mikel Rico, quien solo desde la frontal, con todo a su favor y entrando en carrera, envió fuera el esférico con un misil desviado.
Se libraron los locales, que no pudieron más que achicar balones aunque justo antes del descanso sí se acercaron de verdad a la meta contraria. En el 43, a Salvi falló en un control de balón que le hubiese dejado solo delante del cancerbero. Y después, Fali mandó la pelota por encima del larguero en el lanzamiento de una falta desde el semicírculo del área.
El Huesca fue superior en la primera parte pero no supo materializar su dominio con el cuero frente un Cádiz que sufrió en exceso y logró mantener el empate al descanso.
Un flojo remate de Juan Carlos a las manos de Cifuentes no pasó a mayores pero sí fue el anuncio de lo que estaba por venir: constantes embestidas de los oscenses y los gaditanos en modo tortuga, resguardados en su caparazón aunque sin olvidar mirar al otro lado a la espera de una contra mortal que encontró en el minuto 55.
Iván Alejo sirvió en profundidad a Choco Lozano, con un pasillo entero para él. El ariete se plantó con el esférico solo delante de Álvaro Fernández y definió con frialdad y precisión raso por el palo corto. 1-0 y euforia desatada en la grada.
El escenario se tornó inmejorable, aunque quedaba la complicada misión de mantener la escuálida renta. Roberto Perera (Cervera estaba sancionado) metió más madera con Nano Mesa, Alberto Perea y José Mari.
Le tocó sufrir a los locales. Lógico ante un adversario con potencial de Primera División que apretó de lo lindo pero dejó tantos huecos atrás que el Cádiz olisqueó el segundo tanto. Casi lo logró Perea en el 83. Llegó a la portería y su remate llevó el balón hasta el poste tras rebotar en un zaguero.
Casi sin respiro tuvo que emplearse a fondo Cifuentes para repeler con los puños un duro latigazo de Juan Carlos. Ya en la prolongación, el colegiado anuló un gol pde Salvi por claro fuera de juego.
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