"Estábamos cagados, no pensábamos que podíamos ganar"
CÁDIZ CF
Paco Baena, autor del gol de la primera victoria del Cádiz sobre el Real Madrid, recuerda aquella histórica hazaña gestada hace 40 años
Cádiz/"Aquello fue una locura. Nadie lo podía imaginar, pero lo conseguimos contra todo pronóstico. Es algo que siempre estará ahí". El que habla es Paco Baena, leyenda viva del cadismo al que se le ilumina la cara cuando sale a relucir la primera victoria del Cádiz sobre el Real Madrid en un partido oficial, de la que en estos días se cumplen ya 40 años. Corría la temporada 1977/78. España caminaba en transición hacia la democracia mientras el equipo amarillo disfrutaba por fin de su estreno en la categoría más alta del fútbol español, que se volvía tortuoso cuando se tropezaba con la dura realidad y se veía en la cola de la clasificación hasta que el 18 de diciembre de 1977, en la 14ª de Liga, olvidada sus penas por un día y escribía una página brillante de su dilatada historia con su entonces triunfo de mayor prestigio. Un inesperado regalo de Navidad. El modesto recién ascendido doblegaba al todopoderoso gigante blanco por 1-0 con un gol firmado por Baena. No podía ser otro que el máximo anotador en la historia del club, que dejó un listón 82 dianas que nadie ha podido rebasar. Cuatro décadas después, Diario de Cádiz revive con el mítico delantero sobre el césped del estadio Ramón de Carranza, en la portería del Fondo Sur donde hizo el tanto de cabeza, aquel gol y aquella inolvidable hazaña. El Carranza de entonces nada tiene que ver con el de ahora. Era el de los Fondos lejos de las porterías, el de la pista de atletismo, el de la alargada torre de Preferencia... Era la peculiar estructura de un estadio que entonces apenas superaba dos décadas desde su construcción.
En la pantalla de su móvil conserva la foto captada por Juman de su certero remate de cabeza inmortalizado para los restos. Un recuerdo imborrable. El presente de las nuevas tecnologías se funde con el pasado glorioso de un equipo y un jugador que cuenta sin tapujos los entresijos de aquel encuentro.
"Estábamos cagados de miedo. Esa era la realidad. Ninguno había jugado nunca contra el Madrid salvo Eloy y Bonilla", rememora el 9 de aquel Cádiz que retiene en su memoria todo lo relacionado con ese partido. "Había siete u ocho canteranos en el equipo". No es le escapa un detalle de aquella esperada cita como si la estuviese viviendo en pleno siglo XXI. "Teníamos muchos nervios, se había generado una expectación enorme, el rival era el que era, pero cuando saltamos al césped los nervios se quedaron en el vestuario y fuimos a por todas". Las gradas estaban a reventar de aficionados. Guarda esa imagen incrustada en su extenso baúl de los recuerdos. Hubo incluso una grada supletoria para atender una demanda jamás vista hasta ese instante. Nadie se quería perderse un duelo histórico. Para eso había subido el Cádiz a Primera, para medirse a los grandes. "Las entradas se agotaron en poco tiempo. No cabía un alfiler en el estadio, había gente por todos lados, también en las bandas alrededor del campo. Había un ambiente increíble que se había ido creando durante toda la semana". No era para menos.
Cuando empezó el partido no tardó en llegar el gol, que acabó siendo el único. En el minuto 12. Lo recuerda como si lo estuviese marcando ahora mismo. "Carvallo sacó un córner desde allí -señala la esquina entre Preferencia y Fondo Sur-, sabía que yo estaba rápido y llegué antes que Sol para rematar de cabeza. Entonces no había la estrategia de ahora, simplemente nos entendíamos bien, él sabía dónde poner la pelota y yo sabía dónde tenía que ir". Así de sencillo.
Cuando el esférico se fusionó con las redes de la portería, Paco Baena se convirtió en el primer futbolista del Cádiz en hacer un gol al Real Madrid en un partido oficial. Hoy no dispondría del espacio que sí contó entonces para celebrarlo. Se desató la euforia. "Fue una locura. Me fui corriendo detrás de la portería, junto a una pista de tenis que había allí. Me arrodillé y levanté los dos brazos con los puños cerrados, mucha gente saltó a abrazarme". Parece que está sucediendo mientras lo cuenta. Fue quizás el gol más importante de su carrera a la vez que rescata otro que marcó ese mismo año, "el primer gol del Cádiz en el Trofeo Carranza, que fue contra el Inter de Milán".
El conjunto entrenado por Mariano Moreno -había relevado al destituido Enrique Mateos- se había puesto con ventaja pero quedaba todo el encuentro por delante. "Antes del partido no pensábamos que íbamos a ganar, pero marcamos el gol y teníamos claro que había que pelear. Habíamos hablado antes del partido que teníamos que luchar. En esa época no se estudiaba tanto al rival como ahora se hace con vídeos. Jugar contra el Madrid era una motivación tremenda. Éramos los colistas, con más negativos que puntos. No perdíamos nada y ganábamos mucho y lo logramos" ante un rival potentísimo. "Tenían jugadores como Juanito, Santillana, Stielike, Camacho, Sol, Del Bosque..." Reconoce que en aquella época "impresionaba" más el blanco del Madrid que el azulgrana del Barcelona. Eran otros tiempos, "La afición del Cádiz era veterana y veía al Madrid como un gran club que había ganado seis Copas de Europa". Era un adversario temible. Pero ahí estuvo el Cádiz.
El equipo amarillo resistió con la mínima renta arropado por su parroquia hasta culminar la gesta. El pequeño se impuso al grande y Paco Baena recibió felicitaciones del adversario. "Juanito, con el que tenía buena una relación, me dijo después del partido ¡enhorabuena gitano!" Recuerda además que su gol fue recibido también con alborozo en el estadio Vicente Calderón, donde a la misma hora jugaba el Atlético de Madrid, equipo en el que había militado Paco. "En el Manzanares se alegraron y después de aquella victoria y mi gol me llamó mucha gente del Atlético a felicitarme". Su hijo, azulgrana confeso, también se alegra de que su padre le marcara el gol que supuso la primera victoria del Cádiz sobre el Madrid.
La felicitad no fue completa esa temporada porque el paso del Cádiz por la élite fue meteórico. Tantos años de batalla para subir para descender a las primeras de cambio. "Demostramos que podíamos estar en Primera. Fue una pena porque las cosas no salieron, Había peores equipos que el Cádiz, pero pagamos la novatada del primer año en Primera", explica Paco Baena, el futbolista que con su gol abrió la llave del cadismo para derrotar a los grandes del balompié español. Los amarillos bajaron a Segunda y el Madrid ganó la Liga. Paradojas de la vida.
El ahora ex futbolista se siente orgulloso de su aportación al Cádiz y en concreto en aquel encuentro. "En mi casa tengo una vitrina con trofeos, fotos y guardo el balón de aquel partido. A veces se me caen las lágrimas cuando se me vienen tantos recuerdos". A Paco no se le olvida el buen ambiente que reinaba en el vestuario. "Antes se vivía de otra manera. Había más amistad que ahora. Antes los jugadores vivían en la misma ciudad, se juntaban para tomar algo, ahora vive cada uno en un lado". Había también más pasión en su época. Él lo ve así. "Ahora cuando el equipo pierde y le aplauden es algo que no me gusta. Cuando nosotros perdíamos salíamos por la puerta de atrás".
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