El cartel de favorito tiene dueño

Por potencial, por nombre, por historia, por afición, por ciudad... El Cádiz es el candidato número uno, el equipo más nominado por los concursantes del grupo IV para abandonar la triste casa de la Segunda División B en busca de una vida algo más confortable en una categoría superior. Casi la totalidad de los entrenadores de los equipos que se medirán al conjunto cadistas lo tiene muy claro al ser preguntado por el favorito de la carrera de fondo que comenzará este fin de semana. El Cádiz es el rival a batir, a priori es el más fuerte, considerado por algunos como el Murcia de la pasada temporada, gracias precisamente a un murciano que ha puesto a los amarillos en la pole position.

La irrupción de Quique Pina ha revolucionado un club ruinoso que se halla inmerso en uno de los momentos más delicados de su centenaria trayectoria. A la histórica escuadra de la Tacita le esperaba un largo y duro camino en los suburbios del fútbol con un presupuesto escaso que a priori le ponía a la par del resto de los clubes. Sin embargo, la fallida venta del paquete mayoritario de acciones propició una maniobra a la desesperada por parte de Antonio Muñoz, que cedió la gestión deportiva a Pina y además éste se hizo con una opción de compra de la entidad a final de temporada.

Así, de la previsión inicial de fichajes de bajo coste que minaban las aspiraciones se pasó de golpe y porrazo a la confección de una plantilla de lujo tras el aterrizaje del hombre que ha devuelto la ilusión al cadismo. El caso del murciano es una excepción dentro del grupo IV, donde hay que equipos que no han podido soportar el peso económico -como en el caso del Caravaca, que ha cedido su plaza a La Unión- y otros han estado a punto de no competir, como el modestísimo Sporting Villanueva.

Los drásticos recortes presupuestarios han afectado a la mayoría de las plantillas, por eso todos se ponen la piel de cordero, unos con más motivos que otros. Melilla y San Roque de Lepe, que la pasada campaña habitaron en las alturas, no quieren oír hablar de favoritos, ni tampoco el renovado Sevilla Atlético, subcampeón el curso anterior. El Ceuta también aparece en las quinielas de la mayoría de los técnicos.

El murciano, cual Rey Midas, no perdió el tiempo y uno tras otro fueron llegando jugadores de alto nivel que deben marcar la diferencia para dar el salto hacia la Liga de Fútbol Profesional. Unos, con sobrada experiencia en Segunda A y otros con un destacado currículo en la categoría de bronce. Aulestia, Gonzalo, De Coz, Goikoetxea, Camille, Góngora, Héctor Yuste, Óscar Pérez, Barrancos, Toti, Ferreiro, Juanjo, Akinsola, Dioni y Ikechi Anya se han unido a Baquero, Serrano, Moke, José Miguel Caballero, Juanse, Enrique, Lolo Armario y Dieguito (estos dos últimos han subido del filial). Y queda por llegar el internacional colombiano sub'20 Jeison Murillo. En total, 16 caras nuevas en buena parte cedidas por el Granada, club que preside el dirigente de moda del fútbol español.

La presión desde el primer minuto de Liga es el peaje que deberá pagar el Cádiz por disponer de una extensa nómina de futbolistas más propia de la categoría que la de bronce. Los jugadores lo tiene claro. La frase "Sabemos a lo que venimos" ha sido la que más ha resonado entre las paredes de la sala de prensa del estadio Carranza en las sucesivas presentaciones. Cada jugador que ha llegado de la mano de Pina es consciente de que el éxito de la operación ascenso será el suyo propio. Como también los saben los veteranos que sobreviven de la campaña anterior.

La vitola de favorito no asusta a nadie. Es un papel que plantilla y cuerpo técnico asumen con naturalidad. Jose González acepta un rol que no es sinónimo de victoria. "Tengo una plantilla buena, asumimos la situación de partida, pero la temporada es larga y difícil. Nadie nos va a regalar nada, lo que hagamos nos lo tendremos que ganar en el terreno de juego con trabajo y humildad".