La cifra demoledora del último partido que muestra a un Cádiz CF desquiciado

El Cádiz CF se establece en un estado de ansiedad que se va consolidando mientras pasan las jornadas y el equipo, lejos de ir a más, retrocede hasta ubicarse en la zona de descenso. Las alarmas está encendidas a la espera de una reacción que no termina de producirse.

La derrota (0-1) frente al Racing de Santander en el estadio Nuevo Mirandilla el pasado domingo 20 de octubre no hizo sino agrandar una herida que sólo tendra curación con una dinámica positiva de resultados. Si sólo ha ganado dos partidos en diez capítulos, necesitará más victorias en el futuro para poder enderezar el rumbo.

El envite frente a líder de la Liga puso una vez más en evidencia a un conjunto gaditano incapaz de hacer los deberes en casa. Son ya seis los encuentros seguidos sin ganar en el antiguo Carranza. El santuario cadista es cualquier cosa menos un fortín.

Paco López basa su modelo de juego en una apuesta por el ataque. Así lo hizo una vez más en el choque frente al cuadro cántabro. Salió con una presión arriba de alta intensidad difícilmente sostenible en el tiempo por el desgaste físico que suponía.

El equipo amarillo fue de más a menos y cuando empezó la segunda parte completamente despistado, se vio de pronto con un gol en contra que se acabó convirtiendo en una pesada losa. Llegó el desasosiego, apareció la precipitación a la escasez de recursos futbolísticos se unió un bloqueo mental que contribuyó de manera decisiva a la cuarta derrota de la temporada (la tercera como local).

El Cádiz CF está diseñado para atacar pero es débil en su estructura defensiva además de los errores puntuales que suponen una condena. A la hora de la verdad, tiene problemas en la misión ofensiva y en la faceta de la destrucción las pasa canutas.

Por más que los amarillos quieran hacer un fútbol ofensivo, no lo traducen en marcadores favorables ni tampoco con el balón. La posesión en el último partido fue mayor para los visitantes, que alcanzaron un 56,2% frente al 43,8% de los anfitriones.

La cifra de faltas cometidas en ese encuento refleja el desquiciamiento de un equipo amarillo al borde de un ataque de nervios al verse por debajo en el marcador. El Cádiz CF hizo 28 faltas, es decir, un promedio de una cada 3,5 minutos. Hizo casi el doble de infracciones que su adversario (16). Entre faltas y protestas, los de casa vieron seis cartulinas.

Y algo más. Los amarillos cayeron en la trampa del fuera de juego hasta en diez ocasiones. Así era harto complicado poder generar ocasiones de gol. No llegó a perforar la portería contraria en noventa y tantos minutos de juego.