Claves y efectos de la primera victoria del Cádiz CF en casa
El conjunto amarillo da un paso que debe corroborar en las siguientes jornadas
Los de Paco López se quitan un peso de encima pero sólo es un triunfo
Un respeto a la afición del Cádiz CF
El Cádiz CF se quitó un peso de encima con la primera victoria en casa de la temporada 2024-25 que consiguió al séptimo intento. Casi seis meses después del último triunfo como local, los tres puntos se quedaron en el estadio Nuevo Mirandilla gracias al 2-0 sobre el Real Oviedo. Eran muy necesarios debido a la delicada situación en la clasificación.
Después de haber sumado un solo punto en los cinco encuentros anteriores, la urgencia era máxima para un equipo metido en zona de descenso que no podía seguir atascado. Como si se tratase del afamado grupo Queen, pasó del 'Under pressure' al 'I want to break free'.
El conjunto entrenado por Paco López esta vez sí encontró el camino. Estas fueron algunas claves de un triunfo de indudable relevancia:
Acierto: Por fin coincidió la eficacia en las dos áreas. El equipo minimizó los errores, sobre todo en la retaguardia, no cometió fallos groseros como en otros encuentros y dio con la tecla en la gace del gol. Esta vez los errores fueron del adversario bien aprovechados por los anfitriones. Sucedió todo lo contrario que en los capítulos anteriores.
Oficio: No fue una actuación sobresaliente pero sí suficiente para abrazar la victoria. Bastó con tirar de eficiencia, sin alardes y con carácter.
Concentración: Los futbolistas estuvieron muy metidos en el partido desde el pitido inicial conscientes de la imposrtancia de los tres puntos. Esa máxima atención fue la que redujo los errores que tanto había penalizado en otros enfrentamientos.
Control emocional: La situación era bastante compleja con un Cádiz CF bajo presión que en las líneas generales tuvo fortaleza mental para encarar un choque cuyo equilibrio se rompió al filo del descanso.
Marcar primero: Cobrar ventaja en el marcador fue un factor determinante. De lo contrario, había riesgo de que apareciesen brotes de ansiedad sobre el tapete. A partir del 1-0, todo fue menos complicado. El equipo supo capear un comienzo dubitativo de segunda parte para hacerse de nuevo con las riendas y en los instantes finales se ahorró sufrimiento con el tanto que remató la faena.
La victoria era imprescindible para frenar la sangría de puntos. No es ni mucho menos para que cunda euforia porque no hay motivos por ganar sólo un partido de los últimos seis. El equipo continúa en la zona baja de la tabla. Pero el triunfo puede tener efectos positivos si el Cádiz CF es capaz de convertirlo en el principio de una dinámica positiva que se hace indispensable para poder escapar de la parte trasera y empezar a mirar arriba. Todo lo que no sea estar en la pelea por el ascenso es un fiasco.
Los tres puntos otorgan un plus de tranquilidad al menos durante una semana y deben aportar confianza a un equipo que tiene la oportunidad de empezar a dar lo que se espera de él. El siguiente paso del conjunto gaditano es adentrarse en la senda de la regularidad. Si una victoria se celebra como un hecho excepcional, es que sigue habiendo un problema.
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