Las claves del frenazo del Cádiz CF
La pérdida del liderato es el reflejo de la mala racha de un equipo metido en un laberinto
Cádiz/La pérdida del trono es el síntoma diáfano del decaimiento del Cádiz CF. Lo grave no es dejar de ser el primero de la clase, sino la forma, en plena curva descendente. El conjunto amarillo pasa de gobernar la Liga con mano de hierro a verse superado por un rival y a sentir el aliento de dos perseguidores cercanos. Sin duda el peor momento de la temporada, aunque continúa en la zona alta y sin depender más que de sí mismo para levantarse y presentar batalla por el objetivo.
Después de 20 jornadas al frente de la tabla, incluidas 16 de manera consecutiva (entre la octava y la 23ª), y con diferencias sobre el segundo que llegaron a los diez puntos pocas semanas atrás, la cesión del bastón de mando al millonario Almería supone un aviso no tanto por bajar un puesto sino por la tendencia a la baja de un equipo al que se le apaga el motor a mitad de carrera. ¿Conseguirá arrancarlo a tiempo?
La mala racha es un hecho indiscutible que invita a la preocupación. Cuatro partidos de Liga seguidos sin ganar (cinco encuentros en total con el duelo de la Copa del Rey), una sola victoria en las últimas siete jornadas, atascado en casa y apagado a domicilio… Sólo dos puntos de los nueve disputados en la segunda vuelta y sólo seis de los últimos 21. Vuelan demasiados puntos (15 se han ido al limbo en esa media docena de capítulos más recientes) cuando llega el momento de sumar de tres en tres.
Las sensaciones no son nada buenas y el cajón de las dudas está más abierto que nunca. ¿Qué le pasa al Cádiz? ¿Por qué ese repentino frenazo? ¿Hay equipo para pelear por el ascenso a Primera División a la hora de la verdad?
Surge un sinfín de preguntas de difícil respuesta ante una situación que no es fácil de explicar. El fútbol no deja de ser un juego sujeto a múltiples factores, algunos insondables. En cualquier caso, algunas de las causas de la caída del Cádiz CF pueden ser las siguientes:
DINÁMICA NO GANADORA
Cuando un equipo deja de vencer se produce un impacto psicológico negativo que genera incertidumbre. El Cádiz CF pasa casi de arrollar a no saber cómo ganar los partidos. El dramático choque contra el Mirandés es el ejemplo más palpable. Pareció más una derrota que un empate dado el cruel desenlace.
La autoestima corre de cien a cero mientras no aparece la puerta de salida del laberinto. Mientras no haya un convencimiento colectivo de poder ganar, muy complicado tendrá volver a la senda que antes llevaba. El Cádiz CF nunca dio la sensación de poder sumar los tres puntos en Riazor, de done salió derrotado, y mucho menos de quedarse con uno cuando iba por debajo en el marcador. No creyó en sí mismo y eso que todavía era el líder de la Liga. No supo defender su trono.
SIN RECURSOS EN ATAQUE
Los adversarios se disponen a hacerle la vida imposible al Cádiz CF con planteamientos defensivos que anulen la posibilidad del contragolpe. Si los amarillos basan su juego en el aprovechamiento de los espacios y el rival no los deja, ¿cuál es la solución?
No hay alternativa a día de hoy. Pocos mimbres hay para poder desmontar el superpoblado entramado del contrincante. Alberto Perea y poco más. El ataque depende casi en exclusiva de la inspiración del manchego, siempre vigilado por dos o tres contrarios y desaparecido en La Coruña.
No hay velocidad por las bandas ni tampoco fluidez en la circulación del balón, tan lenta que es imposible sorprender al de enfrente. No siempre se puede jugar a la espera de una rápida transición, y menos ahora cuando el oponente se cierra y no quiere saber nada del balón. Y cuando encuentra el camino del gol, también los concede en su portería.
EL CONTROL QUE SALTA POR LOS AIRES
Se repite como una cansina cantinela, pero lo cierto es que el Cádiz CF cae una y otra vez en la misma trampa. ¿De qué sirve tener todo bajo control si al rival le basta con un simple disparo a puerta para marcar un gol? Todo salta por los aires en un plis plas y lo peor es que sucede de manera frecuente. El adversario hace daño con muy poco.
FORTUNA ESQUIVA
La suerte que sonrió durante la primera vuelta al equipo de Álvaro Cervera ahora cambia de bando. Los partidos antes se inclinaban a su favor y ahora caen hacia el otro lado. De aquellos triunfos en los últimos instantes contra el Mirandés, Extremadura, Racing de Santander… a los varapalos en los minutos finales en Fuenlabrada, Logroño, ante el Mirandés en el estadio Carranza.
EL FANTASMA DE LA SEGUNDA VUELTA
Mientras el Cádiz CF no dé un giro que dé paso a la normalidad, queda el interrogante de si se reproducirá, cual día de la marmota, la secuencia de negativa de temporadas anteriores, en las que decayó el rendimiento en la segunda vuelta y dejó de ganar cuando más lo necesitaba en la puja por una plaza en el play-off.
No es que vaya a sumar los mismos puntos que en la primera (43), un deseo casi irrealizable, pero tampoco es cuestión de que se hunda. En la campaña 2017/18 sólo hizo 25 puntos en la segunda vuelta que en el curso actual le daría para llegar como máximo a la fase de ascenso (acabaría con 68). En la 2916/17 y 2019/20 se embolsó 31 puntos en el segundo periodo. Con esa puntuación en la 2019/20 finalizaría el campeonato con 74 que valdría para llegar al play-off y quizás para pugnar por el ascenso directo.
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