El club renueva a Fall por cuatro temporadas
El centrocampista queda vinculado al equipo amarillo hasta 2017. En el mercado de invierno el Hércules mostró interés por el senegalés, que el pasado verano llegó a prueba
Los proyectos que no son flor de un día se demuestran con hechos. Y es lo que parece hacer el Cádiz desde el momento en el que ayer se conoció la renovación de Abdoulaye Fall, que ha firmado un contrato que le une por cuatro temporadas al club gaditano. Es decir, el centrocampista extiende su vínculo al cuadro amarillo hasta junio de 2017. Una apuesta clara de que ya se están sentando las bases para la próxima campaña por parte de Sinergy.
El centrocampista nacido en Dakar (Senegal) hace 23 años se ha convertido en una de las mejores sensaciones en lo que va de campaña dentro del nivel mediocre que ha exhibido la plantilla. Fall, con buena talla gracias a sus 187 centímetros de altura, y con una pierna izquierda muy interesante y valorada en el balompié actual, ha sido de los pocos jugadores del equipo de Raúl Agné que en el pasado mercado de invierno estuvo en las quinielas de algún conjunto de Segunda División A, siendo el Hércules el más interesado para que cambiara el amarillo gaditano por el blanquiazul alicantino. Esa situación no pasó desapercibida para la cúpula cadista, que de inmediato se puso manos a la obra para asegurarse la continuidad del pivote africano.
Fall llegó al Cádiz el pasado verano procedente del Club Deportivo Badajoz, donde había coincidido con Alberto Monteagudo, el técnico que comenzó el proyecto de la presente temporada. Lo curioso es que el senegalés llegó para someterse a un periodo de prueba, a fin de convencer a los responsables en materia de fichajes porque ese requisito no era necesario para el preparador albaceteño. Y lo cierto es que lo consiguió en pocos días, justo el tiempo de entrenar tres o cuatro veces y dejar muestras de su potencial. En aquel momento, Alessandro Gaucci, mánager general del Cádiz, le puso por delante un contrato de una campaña de duración junto con otras tres más optativas. Los dirigentes no han recurrido a las cláusulas para prolongar su estancia en el plantel, y de forma directa le han ofrecido un nuevo contrato de cuatro años a partir del que expira el próximo 30 de junio. Esto quiere decir que el Cádiz se asegura los servicios de Fall hasta 2017. Su salida antes de esa fecha sólo sería posible pasando por caja y abonando la correspondiente cláusula de rescisión.
Fall fue una apuesta de Monteagudo, si bien antes de defender durante una campaña (2011-2012) la elástica del CD Badajoz -la última temporada de este equipo antes de desaparecer-, militó en el US Gorée senegalés (2006-2007), el Benfica juvenil (2007-2008), el Hassania marroquí (2008-2009), La Vitréenne FC francés (2009-2010) y el Servette suizo (2010-2011).
Con la elástica amarilla, Fall es hasta el momento el quinto jugador de la plantilla que acumula más minutos en la competición liguera, un total de 1.875. Le superan Pablo Sánchez (2.093 minutos), Moke (2.030), Raúl Albentosa (1.991) y Juan Villar (1.982). Ha participado en 23 encuentros, 21 de ellos como titular. Ha marcado dos goles y le han mostrado cinco cartulinas amarillas -la quinta el pasado sábado ante el Betis B, lo que le impedirá jugar el domingo frente al Sevilla Atlético- y una roja (ante el Arroyo (2-5) en el Ramón de Carranza.
Curiosamente Fall es uno de los jugadores a los que Agné otorga menos margen de error, ya que es habitual en cada entrenamiento las correcciones sobre el senegalés. Sucede de esa forma desde que el técnico aragonés tomó las riendas del equipo, ya que está fresco como en las primeras sesiones de trabajo elevaba la voz cuando se dirigía al africano, al que en alguna ocasión sujetó por un brazo para ubicarlo en otra posición sobre el campo en el transcurso de algún ensayo o partidillo. Quizá ese esfuerzo e insistencia sobre Fall se debe a que Agné sabe que está llamado a ser un jugador importante dentro de su esquema y que, para que tome el pulso a todo lo que él quiere, no puede permitir que se despiste. Todo esto sin olvidar la barrera del idioma, que es otro obstáculo contra el que lucha a diario el preparador.
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