Tribuna libre
El mensaje del comedor
Cádiz/Apenas 20 minutos sobre el terreno de juego le bastaron a Aitor García para convertirse en el futbolista más destacado del Cádiz en la 22ª jornada de la Liga 1|2|3, la primera de la segunda vuelta. El veloz extremo marcó el gol que valió la victoria contra el Almería en los minutos finales del partido, cuando el equipo amarillo se desenvolvía con sufrimiento con un hombre menos tras la expulsión por doble amonestación de Khalifa Sankaré -minuto 54- y el duelo parecía condenado al empate a cero como mal menor dada las circunstancias.
No fue un tanto cualquiera. Ejerció una influencia decisiva en el triunfo pero además Aitor firmó un auténtico golazo que nada tuvo que con la casualidad. Colocó el cuero donde quería. En una escuadra, lejos del alcance del portero. Mientras se acomodó la pelota a su lugar preferido pensó dónde iba a ponerla. Cuestión de décimas de segundo. Sólo tenía que ejecutar el plan y ¡¡zas!! Un golazo más en su currículum y euforia desatada de la afición. No es para menos. No es la primera vez que de su bota derecha nace una obra de arte como si se tratase de una lámpara mágica recién frotada.
El onubense acostumbra a inventar piezas originales, de coleccionista, de esas que se cuentan con los dedos de una mano. De ahí el valor por su belleza pero también por lo que supone en cada momento. Menudos golazos con el mérito añadido de aprovechar los pocos minutos que le concede el entrenador. Fue el revulsivo contra el Almería al salir desde el banquillo con el mismo papel que hace un par de meses desempeñó en el duelo contra el Alcorcón, cuando fabricó uno de los mejores de la temporada en la categoría de plata tras deshacerse de un par de contrarios y lanzar un misil lejano que se coló por la escuadra que en ese instante suponía el 2-1 para una equipo amarillo que hasta ese momento no había encontrado la fórmula para superar al rival.
Antes, en los albores del curso, el de Gibraleón sentenció al Getafe con otra diana de bella factura, parecida a que dibujó en Córdoba en diciembre. Cuatro goles en Liga, todos en la segunda parte tras sustituir a un compañero. Todos con una partitura similar de música celestial. Recepción del balón, orientación adecuada y zapatazo con la derecha siempre al mismo palo. La pasada campaña, como jugador del Mérida, ya endosó dos tantos al Cádiz, uno en cada vuelta. El que hizo en el Ramón Carranza tiene poco que envidiar a los que lleva este ejercicio. Control y derechazo desde fuera del área. El Cádiz no le quitó la vista de encima y se lanzó a por él en verano. Iba a salir cedido, pero con su trabajo se ganó un hueco en la plantilla aunque no tiene fácil entrar en el equipo. En la liga sólo fue en los envites contra Huesca y Nástic de Tarragona. Pero sus goles llegaron desde el banquillo.
Sin duda, es el jugador que mejor aprovecha los minutos sobre el césped. No disfruta de muchos, pero en 360 suma cuatro dianas, lo que se traduce en una cada 90 minutos. Álvaro Cervera no tuvo reparos en reconocer, tras el choque contra el Almería, que está siendo injusto con el futbolista al no darle los minutos que se merece. Bendito problema para el entrenador y difícil solución. ¿Se atreverá a alinearlo desde el principio en la visita al Mallorca del próximo domingo?
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