Crisis total en el Cádiz CF: el burofax que debería mandar el club
A la complicada situación institucional se une la alarma en el apartado deportivo
Nadie podía imaginar el varapalo sufrido en el primer partido de la temporada
El Cádiz CF da vergüenza en su vuelta a Segunda y es goleado por el Zaragoza (0-4)
El Cádiz CF se adentra en una dinámica negativa que golpea en todos los frentes. Ya no se salva ni lo deportivo. El comienzo oficial de la temporada 2024-25 podía servir para que la fuerte marejada institucional diese paso a una cierta calma con un buen resultado sobre el césped. Sucedió todo lo contrario. El sonrojante 0-4 ante el Real Zaragoza no hace sino echar más leña al fuego a la complicada situación que vive el universo cadista. El divorcio entre el club y la afición es una evidencia. La reconciliación a día de hoy es inviable.
Nadie podía pensar que el estreno liguero en la vuelta a Segunda División se iba a convertir en una terrible pesadilla que ahonda en una crisis desencadenada por una serie de errores cometidos por los dirigentes del club en los últimos tiempos. Ellos son los responsables y ellos deben poner toda la carne en el asador para procurar el regreso de los aires de normalidad.
El ambiente fuera del estadio Nuevo Mirandilla antes del patido repartía sensaciones a medias. Por un lado, enfado y protesta contra la gestión de los máximos responsables. Por otro lado, esperanza en un buen arranque del equipo para comenzar el curso con una alegría, que hacía falta. Cuando el personal presenció la hecatombe desde la grada, comprobó atónito la dura realidad. Menudo varapalo.
La vergonzosa puesta en escena sacó a flote el mar de fondo y se desató la indignación. Los precios de los abonos, los de las entradas (los más caros de Segunda División), los burofaxes, el desplante del club en el Trofeo Carranza, la pasividad en el mercado de fichajes... Demasiados errores en poco tiempo y para rematar un 0-4 que fue puro veneno. En ese difícil contexto, parecía inevitable que la afición no estallase contra de Manuel Vizcaíno y Rafael Contreras. Lo más suave quese escuchó fue la petición de dimisión. Una reclamación que sirve de poco más que de desahogo.
Desde el club están vigilantes para ir contra quienes profieran insultos. Es una especie de obsesión. Es comprensible. Hay que acabar con los insultos, pero insultar no es sólo soltar 'hijo de tal' o cualquier otro exabrupto. Hay otras formas de insultar.
En las últimas semanas, el club ha enviado un burofax a varios seguidores. Una medida que muchos entienden como un acto intimidatorio porque personas que no tienen nada que ver con la agresividad verbal han sido señaladas desde la entidad cadista.
En lugar de estar tan pendientes de los aficionados, en el Cádiz CF debería ocuparse sin dilación de asuntos más urgentes, como la confección de una plantilla que no haga el ridículo sobre el césped.
El próximo burofax lo debe enviar el Cádiz CF ya mismo, sin demora. Uno dirigido al cuerpo técnico y a los futbolistas porque perder 0-4 con una imagen patética en casa es todo un insulto a una afición que no merece sufrir tan indigno espectáculo.
El siguiente burofax del club debería ser para cada uno de los abonados y seguidores para perdirles perdón. Lo ideal es cuidar a la parroquia y no cargar contra ella.
El tercer burofax se lo tienen que mandar a sí mismos los propios dirigentes del Cádiz CF. No les vendría mal un mensaje de mesura, sentido común y acierto en sus decisiones para ellos mismos. La prioridad ahora mismo es contratar jugadores.
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