Un punto de miocardio

LaLiga 1|2|3 | Albacete 1-1 Cádiz

Un genial taconazo de Dani Romera en el alargue evita la derrota en un nuevo final de infarto. Los gaditanos hacen el mejor partido del curso pero son frenados por un portero inspirado.

Romera conecta el taconazo que supuso el empate para el Cádiz.
Romera conecta el taconazo que supuso el empate para el Cádiz.
Jesús Jaques Nuche

18 de septiembre 2018 - 08:25

El Cádiz se salvó sobre la campana de la que hubiese sido la derrota más injusta en mucho tiempo. Hizo todo lo que debía para ganar y estuvo a un tris de perder hasta que Dani Romera, en el minuto 91, restableció la igualada con un taconazo de lujo. El Cádiz mereció la victoria pero se estrelló contra un inspirado Tomeu Nadal, que lo paró todo. Los gaditanos remataron 20 veces más que un Albacete –20 frente a cuatro– que apenas tiró a puerta y aprovechó un fallo de Cifuentes para agarrarse a un 1-0 deshecho en el último suspiro. Una vez más un desenlace de infarto, como acostumbra en las citas más recientes. Otro gol en los minutos finales, pero esta vez a favor y un respiro necesario, no sólo por el punto, también por las sensaciones, inmejorable

Fue el mejor partido del Cádiz desde el inicio de la temporada. Dominó de cabo a rabo, fue muy superior a un Albacete conformista. Si hay que poner un pero es, más allá de la brillante actuación de Tomeu Nadal, los problemas para perforar la portería.

Álvaro Cervera sorprendió con la suplencia de Ager Aketxe, la primera del vasco en la Liga, y la apuesta por Alberto Perea en la mediapunta en un once con seis novedades en relación al duelo copero. Los amarillos, ayer de azul en el estreno de la segunda equipación, arrancaron como si jugaran en casa, con el balón más tiempo en la parcela local que en la visitante.

La presión de los gaditanos, asfixiante en la salida del balón, neutralizó a los manchegos y si alguien pisó el área contraria fue el. Perea, que había avisado minutos antes con una internada peligrosa, disparó alto en el 17 en un aviso fiel reflejo del absoluto domino de un Cádiz atrevido que metió atrás a un rival que, sin embargo, fue el primero en tirar en dirección a puerta en un remate de Bela -en el 23- tras una falta que Cifuentes desvió a córner.

La clara ocasión de los anfitriones no desconcentró a los andaluces, aplicados en defensa y rápidos en las transiciones, con Álex Fernández a los mandos. El único pecado, que en el fútbol se paga caro, fue el último pase, el definitivo. Ahí no estuvo fino pero cuando acertó vio cerca el gol. Al filo de la media hora, Manu Vallejo filtró un excelente pase que dejó a Carrillo solo ante Tomeu Nadal, pero el delantero sólo llegó con la punta de la bota y el portero repelió el cuero.

El chiclanero se convirtió una vez más en el más activo en ataque junto con Perea. Salvi lo intentó una y otra vez por la derecha, pero sin fortuna.

Los de Cervera tenían el partido bajo control hasta que saltó por los aires con el descanso a la vuelta de la esquina. En el 37, Tejero sirvió al corazón del área y Zozulia, libre de marca y en posible fuera de juego, definió con un testarazo al centro de la portería que Cifuentes no acertó a despejar. Toco el esférico pero lo metió dentro en lugar de despejar hacia fuera. Un error que puso el partido cuesta arriba.

De nada le valió a los ayer azulones ser superiores durante la primera parte. Todo para nada. De pronto, en un fogonazo de los locales, acompañado de un error propio, se vieron con desventaja ante un rival que se adelantó con muy poco, en un lance aislado. Así de cruel es el fútbol.

Lo que se puso en juego desde entonces fue la capacidad de reacción de un equipo que merecía más. Toda una prueba de fuego. El 1-0 fue un castigo excesivo para un Cádiz que apretó en busca de un empate antes del intermedio que no consiguió. Lo tuvo dos veces Carrillo. En el 43 con un cabezazo que iba dentro pero chocó con el acierto de Tomeu Nadal. En el 44 solo en la frontal del área en una posición inmejorable, aunque su disparo se perdió en la grada.

El Cádiz había hecho todo salvo lo más importante y disponía de toda la segunda mitad para al menos evitar la derrota.

Los gaditanos llevaron la iniciativa en la reanudación, en la línea de la primera parte, frente a un cuadro manchego pertrechado en su terreno. Carrillo, en el 50, rozó la igualada con un testarazo a centro de Salvi que lamió el poste. Réplico Zozulia, también de cabeza aunque desviado.

El reloj empezó a correr en contra del perdedor, que aceleró en busca de un tanto salvador. Cervera dio entrada a Lekic por Carrillo en un movimiento que no deparó un cambio de dibujo. El peso lo llevó el Cádiz, que dio un paso más con la irrupción de Aketxe. Nada pisar el césped, en el 70, el vasco lanzó a la perfección un libre directo que Nadal desvió con una gran intervención, que no fue la única en esa jugada. Hasta dos veces más rechazó la pelota, ambas a remates a bocajarro de Alberto Perea. El portero salvó a su equipo mientras el asedio del Cádiz se acrecentó en los últimos minutos hasta que encontró la recompensa en el 91. Tomeu Nadal hizo la enésima parada a cabezazo de Kecojevic pero no tuvo respuesta, ya en el 91, tras el posterior saque de esquina. Tras un despeje de la defensa, Rober Correa disparó y Dani Romera, en posición de ‘killer’, se inventó un taconazo con el que colocó la pelota en el interior de la portería pegada a un poste. Un auténtico golazo que no hizo justicia del todo porque el Cádiz acumuló méritos sobrados para la victoria. El empate al final fue un consuelo.

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