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Cádiz-Rayo Majadahonda | Crónica

Un gol de Dani Romera otorga la séptima victoria seguida a un espeso equipo amarillo que se mete en la zona de fase de ascenso

Dani Romera celebra su decisivo gol. / Lourdes De Vicente
Jesús Jaques Nuche

09 de diciembre 2018 - 18:10

Cádiz/Dani Romera no entraba en los planes de Álvaro Cervera en los últimos tiempos. Entró en la convocatoria casi de rebote debido a las numerosas lesiones pero pasó de tener un papel de actor casi figurante a adquirir el de protagonista al salir desde el banquillo y firmar el gol que otorgó una agónica victoria al Cádiz Club de Fútbol frente al Rayo Majadahonda y dio tres puntos que llevan al equipo amarillo a la sexta posición con 29. La escalada no cesa.

El séptimo triunfo consecutivo condujo al Cádiz a la zona de play-off, un premio a su trayectoria impecable aunque logró la recompensa quizás en el partido de tono más grisáceo de los que componen esa racha impecable. No mereció la victoria ante un adversario superior en determinadas fases que además dispuso de claras oportunidades, pero el acierto es lo que cuenta y el que dio en la diana fue el que se quedó con el preciado botín.

Álvaro Cervera tocó lo mínimo el once de la Liga. Practicó sólo dos cambios obligado por las lesiones de Salvi y Jairo. Salvador Agra y Álex Fernández se ocuparon de las bandas con un dibujo idéntico al de los últimos partidos: 4-4-2.

Como era de esperar, los locales ejercieron una presión asfixiante en la parte de arriba pero los que robaron balones fueron los visitantes, que no tardaron en avisar de sus intenciones. En el 9, Alberto Cifuentes, evitó el 0-1 con una gran intervención con el pie izquierdo en un mano a mano con Toni Martínez. Dos minutos después, detuvo un disparo lejano de Benito y en el 12 fue Marcos Mauro quien abortó un acción de peligro dentro del área.

Los majariegos se hicieron con el control del esférico y del partido ante un Cádiz sin norte al que le costaba enlazar en ataque. Manu Vallejo, que empezó en punta, y Álex intercambiaron posiciones y los dos fueron protagonistas de la primera ocasión clara no, clarísima. En el 21, Basilio repelió el cuero en un mano a mano con el chiclanero y el madrileño, solo a puerta vacía remató con tanto ímpetu que envió la pelota cerca del sol. No entró pero esa jugada produjo un efecto revitalizante en los amarillos. Un minuto después Lekic lanzó cerca del poste y en el 28 de nuevo tuvo el gol Álex, que esta vez sí atinó en la definición pero se topó con el acierto de Basilio. La última oportunidad, en el 33 con un misil de Brian que se escapó cerca de larguero. Hasta el descanso nadie más apareció cerca de la portería.

Los de casa nunca llegaron a sentirse cómodos aunque sí Álex cuando pasó del costado al centro en la parte alta. Él se echó el equipo a la espalda. Los anfitriones apretaron ante un rival que por momentos anestesió el partido con toque y más toque de balón en una primera parte resuelta con combate nulo, reflejo de las prestaciones de unos y otros. Los blancos se desenvolvieron con más calidad y criterio y los gaditanos funcionaron a tirones, con más corazón que cabeza.

La segunda mitad arrancó como si fuese una repetición del inicio del encuentro, con Albero Cifuentes en modo héroe al repeler el balón con el pie tras un remate de Toni Martínez que iba camino del gol. Casi sin respiro, un tiro de Aitor en boca de gol se perdió alto por muy poco. Los madrileños visitaron el área local con tanta frecuencia como peligro. Si había un gol parecía más probable que cayese de lado del debutante en el estadio Carranza, al que para nada le pesó su estreno.

La interrupción durante más de cinco minutos -hasta el 62- por una herida sufrida por Cifuentes tras un choque con Toni Martínez no alteró el guión. El dominio del Rayo aumentó mientras el Cádiz seguía sin enterarse. Ni un robo de balón, ni una salida por velocidad, ni dos pases medio en condiciones... Nada de nada. Y mientras, Cifuentes, con un vendaje en la cabeza, impidió una vez más el 0-1 -en el 65- al desviar el cuero a lo justo tras una falta lejana sacada por Varela.

La cosa no pintaba nada bien y Cervera se jugó las cartas de Carrillo y Dani Romera en punta. El almeriense volvía a jugar dos meses y después de su lesión en un hombro.

Las imágenes del Cádiz-Rayo Majadahonda / Lourdes de Vicente

La entrada de los dos delanteros -en lugar de los desdibujados Lekic y Agra- provocó un nuevo cambio de ubicación de Álex, que empezó el partido en la izquierda, continuó en el centro -entre tres cuartos y segundo delantero-, pasó a la derecha y lo acabó donde comenzó, en el carril derecho, tras el ingreso de Aketxe por Manu Vallejo.

Los cambios dinamizaron el ataque de los gaditanos, que empezaron a dar señales de vida con un latigazo desde la frontal de Álex -en el 69- que pasó a centímetros de un poste.

Pero no fue Álex -el mejor de los locales- sino Dani Romera, el que por fin abrió lata en el minuto 76. El ariete recibió dentro del área, avanzó unos metros con el esférico en su poder y lo clavó donde puso su mirada, con una perfecta definición pegada al palo contrario, lejos del alcance de Basilio.

Los madrileños no habían dicho su última palabra y metieron miedo hasta el final. En el 85, Jeisson estrelló el balón en el poste y llevó el susto a la grada. Los de cada no mataron el partido y sufrieron hasta el final. Al borde del pitido final, Dani Romera tuvo el segundo pero en el mano a mano con Basilio envió la pelota al poste para extender el sufrimiento.

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