El parqué
Caídas ligeras
Sanluqueño-Cádiz
La tan necesaria victoria fuera de casa llegó por fin dos meses después de la única ante el Écija para un Cádiz al que le bastaron quince minutos de vértigo para llevarse los tres puntos ante un Atlético Sanluqueño combativo hasta que recibió el primer gol. Después se desinfló por completo. Los amarillos ofrecieron una doble cara: negativa en la primera parte y positiva en una segunda en la pasó el rodillo sobre su adversario. La munición arriba es del tal calibre que el destrozo podría haber sido aún mayor de no haberse topado los pupilos de Raúl Agné con Facundo, el mejor de su equipo.
El caso es que el Cádiz supo madurar el partido ante un rival resistente con el marcador intacto pero endeble -sobre todo el plano anímico- con el resultado en contra. Después de un primer acto de cierta igualdad, tras el intermedio se notó la diferencia entre los dos equipos. Mucho deberán mejorar los de la Costa Noroeste para evitar sufrimientos a final de curso. Los amarillos, por su parte, siguen en la pelea por su objetivo, cada vez más cerca de la primera posición y fortalecidos de nuevo tras encadenar dos triunfos consecutivos.
No disponía demasiado margen de elección Agné, que tiraba de los únicos cuatro defensas disponibles para formar una zaga compuesta por Dalmau, Ceballos y Belfortti en el centro y Josete en la izquierda, la misma que había jugado casi todo el partido contra el Córdoba B un par de semanas antes.
Se notaba que Kike Márquez conocía bien el terreno donde se movía. Una galopada suya por la banda izquierda en el primer minuto recordaba los motivos por los que había fichado por el Cádiz. Se marchaba de dos contrarios, llegaba hasta la línea de fondo para centrar en una bella acción sin consecuencias.
El fulgurante arranque era un oasis en el desierto. El habitual tanteo de los compases iniciales era un anuncio de lo que se avecinaba. Poco fútbol en un duelo de contrastes entre un conjunto local necesitado de puntos para salir de la zona baja y un visitante obligado a romper su mala racha fuera de casa para seguir escalando posiciones. Los verdiblancos se protegían en su campo empeñados en tapar todos los huecos. Y lo hacían sin remilgos, con continuas faltas en cualquier zona del césped. Los amarillos trataban de romper la muralla pero no traspasaban la línea de las buenas intenciones.
Si alguna oportunidad asomaba debía ser a balón parado ante la ausencia de fútbol. El Cádiz se acercaba al gol en el minuto 11 en una jugada de estrategia. Perico, en el saque de una falta, ponía el balón en el espacio del área por donde llegaba Airam, que remataba flojo para que Facundo desviara a córner.
La sombra del aburrimiento se agigantaba con el paso del tiempo. Ninguno de los dos equipos era capaz de tan siquiera merodear el área contraria salvo en jugadas a balón parado que se aliaban con la nadería. Lo más noticioso, pasada la media hora, era el contratiempo que sufría el Cádiz por el abandono de Kike López, lesionado, que dejaba su sitio a Gato, protagonista inesperado en la segunda mitad.
El tramo final del primer acto se volvía un poco aunque el marcador no llegaría a moverse. Belfortti, en el 36, disparaba fuera tras un saque de esquina un minuto antes de que Dani, providencial, se cruzase en el camino de Airam Cabrera, a punto de quedare solo delante del portero.
Pero la ocasión más clara la firmaban los anfitriones. En el 40, Belfortti fallaba en el despeje dentro del área cadista y dejaba la pelota muerta a Carlos Fernández, que en boca de gol descerrajaba un derechazo que se topaba con un inspiradísimo Alejandro en su primera intervención seria de la tarde. El asturiano evitaba el gol en la primera llegada comprometida de los locales, envalentonados en el sprint antes del intermedio. Y es que poco antes del descanso, el Sanluqueño reclamaba penalti tras la caída de Chakir dentro del área justo en el instante en el que remataba.
Agné dejaba a Nafti en la caseta en el descanso y daba entrada a Jorge Luque desde el inicio de la segunda parte. El tunecino tenía tarjeta y además el técnico apostaba por una pieza ofensiva en busca de la victoria. La baja de Kike López había obligado además al míster a recomponer el ataque. Gato se ubicaba en la banda izquierda y Kike Márquez pasaba a la media punta, por detrás de Airam Cabrera.
Un lejano disparo de Poley, que se escapaba cerca de un poste (minuto 48) anunciaba el comienzo de un segundo acto en el que el Cádiz tenía que ofrecer algo más si quería ganar. Airam Cabrera respondía con otro disparo también fuera por poco.
Los visitantes necesitaban un punto de inflexión para poner el duelo de cara y lo encontraban pronto. Corría el minuto 52 cuando un saque de esquina botado por Perico, lo cabeceaba en el primer palo Kike Márquez y Josete, en el segundo, marcaba con un contundente testarazo tras ganar el salto a un defensa. Los amarillos sacaban petróleo con una jugada de pizarra, que es como se suelen abrir este tipo de partidos.
El guión cambiaba por completo con casi toda la segunda parte por delante. Los locales no tenían otra opción que ir arriba a por todas y dejaban espacios atrás que se convertían en aire fresco para un Cádiz que a partir de entonces penetraba en el área local como Pedro por su casa y sentenciaba el partido en un cuarto de hora de vértigo, pleno de verticalidad y eficacia.
El bajón anímico del Sanluqueño coincidía con el hambre insaciable de los amarillos, que no estaban dispuestos a repetir los errores que le han hecho perder puntos a mansalva a domicilio. En el 59, Airam Cabrera iniciaba el carrusel de oportunidades con un disparo alto dentro del área con poco ángulo en lugar de buscar un compañero. Después era Kike Márquez (en el 63) el que pecaba de egoísta al intentar hacer la jugada de su vida cuando Airam estaba solo presto para finalizar la jugada.
Casi sin respiro, Facundo evitaba el segundo tanto cadista con un paradón a cabezazo del tinerfeño a un par de metros de la portería. De nuevo el cancerbero se cruzaba en el camino de Airam con otra intervención de mérito en el mano a mano.
Pero Facundo es humano y no lo podía parar todo. En el 65, la figura de Gato emergía para adquirir el papel de actor principal. El granadino metía la sexta marcha, se internaba por el centro y hacía la pared con Airam, el socio perfecto en ataque. El lojeño se escapaba por velocidad definía con un leve toque con el que pasaba el balón por encima del portero. Con el 0-2, los locales apenas tenían tiempo de reaccionar cuando el Cádiz daba la puntilla tres minutos más tarde. Gato devolvía la deferencia y esta vez era él el que servía a Airam, que esta vez sí superaba a Facundo con un certero zurdazo junto a un poste.
El partido estaba finiquitado con el 0-3 a falta de algo más de 20 minutos. Los movimientos en el banquillo realizados por Carlos Ríos no surtieron efecto y ambos equipos dejaron correr el reloj hasta el pitido final.
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