La cuenta atrás de un triste recuerdo

Cádiz CF

El Cádiz regresará el próximo sábado al Alfredo Di Stéfano, el escenario en el que fue vapuleado por el Real Madrid Castilla en la final de campeones de la fase de ascenso a Segunda en 2012

Héctor Yuste y Juanjo saltan en pugna por el balón durante la vuelta del cruce con el Real Madrid Castilla en 2012.
Héctor Yuste y Juanjo saltan en pugna por el balón durante la vuelta del cruce con el Real Madrid Castilla en 2012. / Cádiz Cf
C.A.D.

11 de octubre 2020 - 14:27

Cádiz/Tras el parón de la competición liguera durante el fin de semana por los compromisos de las selecciones nacionales, el Cádiz inicia este lunes la preparación para la vuelta a la normalidad, maravillosa normalidad de Primera División esta temporada. La preparación para la disputa de la sexta jornada de los amarillos representa del mismo modo la cuenta atrás de un triste recuerdo, no en vano el sábado visitan al Real Madrid en el Alfredo Di Stéfano, el escenario en el que en 2012 el equipo entonces entrenado por Jose González cayó con estrépito en la final de campeones de la fase de ascenso a Segunda.

En efecto, el regreso al campo principal de la Ciudad Deportiva de Valdebebas supondrá de alguna manera revivir uno de los episodios más negros, deportivamente hablando, de la centenaria historia del titular de la Tacita. El anhelado sueño del salto a la categoría de plata terminó convirtiéndose en una auténtica pesadilla. Frustración e impotencia sirven para definir lo que el cadismo experimentó aquella primavera de hace ocho años.

El Cádiz había cerrado la temporada regular alcanzando la primera plaza del Grupo 4 de Segunda B. De la mano de Jose, el conjunto gaditano se había ganado por méritos propios el derecho a disfrutar de una doble oportunidad en la lucha por su objetivo. Sin embargo, el sorteo jugó una mala pasada al emparejarle en la primera eliminatoria, de ascenso directo, con el peor enemigo posible, el más temido por todos, un Real Madrid Castilla que para muchos era el gran rival a batir. El tiempo confirmó los peores presagios.

El 20 de mayo el filial blanco acudía al Ramón de Carranza. La fiesta antes del pitido inicial se tornó en un funeral al cabo de 90 minutos. Los jóvenes madridistas pasaron literalmente por encima de los locales, que sucumbieron por un contundente 0-3 y prácticamente se despidieron de la opción de subir por el camino corto.

El mazazo, importante, en realidad fue la primera entrega del cruce, que debía completarse el día 27 en el Alfredo Di Stéfano de la capital de España. La semana no varió un ápice ni el panorama ni la cruda realidad, porque los blancos de nuevo apabullaron a su adversario, al que esta vez vencieron por 5-1.

El 8-1 con el que se saldó la eliminatoria ponía de manifiesto la enorme diferencia entre el potencial de la plantilla de Cádiz y la del filial dirigido por José Alberto Toril, en cuyas filas actuaban, entre otros, futbolistas de la talla de Carvajal, Morata, Jesé, Joselu, Nacho y su hermano y a día de hoy cadista Álex Fernández, que saltó al césped desde el banquillo en la ida y intervino como titular en la vuelta.

8-1

Tras el incontestable 0-3 de Carranza, los jóvenes blancos se recrearon en Valdebebas con un 5-1

El doblete de Joselu y el tanto de Morata en Carranza dieron paso en Valdebebas a dianas de Jesé, Mosquera, por partida doble, Joselu y Morata, mientras que el gol del honor por los cadistas lo marcó De Coz, integrante de un once que completaron en aquel encuentro Aulestia, Camille, Baquero, Murillo, Héctor Yuste, Óscar Pérez, Ferreiro, Ikechi, Cases y Juanjo.

Después de aquello, los de Jose González quedaron tan tocados que sufrieron las consecuencias en la continuación de la lucha por el ascenso. La segunda eliminatoria se sacó para delante con más pena que gloria. Un 0-0 en Albacete y un pírrico 1-0 en la vuelta condujeron a una nueva final, en esta ocasión con el Lugo. En la ida, en el Ángel Carro, los gallegos se impusieron por 3-1 en una contienda no exenta de polémica arbitral. Y en el definitivo partido, los amarillos tuvieron contras las cuerdas a su oponente, pero tras nadar contra corriente e igualar el 3-1, el cadismo se quedó en la orilla de una fatídica tanda de penaltis.

Casi ocho años y medio después, el Cádiz regresará al Alfredo Di Stéfano. El recuerdo sobrevuela en la memoria del cadismo, aunque ninguno de los protagonistas de aquella eliminatoria de 2012 estará presente en el escenario. Ni siquiera el público. Los más de 7.000 aficionados blancos que presenciaron el duelo darán paso a un silencio al que nadie termina de acostumbrarse por culpa del Covid-19.

La etiqueta de favorito tampoco cambia. El equipo blanco aparece en todas las quinielas como ganador. Lógico. El actual campeón de Liga sólo se ha dejado dos puntos en el estreno del curso, en Anoeta ante la Real Sociedad. Desde entonces, aun sin convencer, cuenta sus partidos por triunfos.

Más eficaz y fiable que solvente, el Real Madrid infunde respeto desde la portería hasta la punta de ataque. Nombre por nombre no hay color. Pero el fútbol es impredecible. Y más cuando en un lado del campo se encuentra un bloque con el amor propio que derrocha semana tras semana el de Álvaro Cervera. Que le pregunten al Athletic. La lucha no se negocia y así será en territorio blanco. Da lo mismo el Santiago Bernabéu que el Alfredo Di Stéfano, por muy triste recuerdo que evoque.

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