Cruel final para una justa derrota
LaLiga 1|2|3 | Mallorca 1-0 Cádiz
El conjunto amarillo sufre su primer revés de la temporada con un gol en contra en el minuto 89 que refleja el desmoronamiento en una segunda mitad para olvidar
Discreto estreno de Edu Ramos
Una pésima segunda parte condenó a un Cádiz desconocido a la primera derrota de la temporada. Se la buscó con todo merecimiento y una vez más con una dosis de crueldad, con un gol en los últimos instantes después de haberse mantenido en el alambre de manera casi milagrosa. Los amarillos se desmoronaron tras el descanso después de una primera parte aceptable. Cuando los baleares apretaron de verdad el sistema defensivo cadista se descompuso hasta ese tanto fatídico que sitúa al equipo en la cruda realidad de la competición. Pocas veces se ha visto una Cádiz tan permisivo con el adversario. Le concedió tantas ocasiones que al final. se consumó una derrota tan justa como dolorosa. Mal asunto perder siete puntos de los últimos nueve.
Las alineaciones en los dos bandos presagiaban una dura contienda en el centro del campo. Los entrenadores apostaron por el trivote, no se sabe si porque uno se enteró de lo que iba a hacer el otro o por pura coincidencia, pero la cuestión es que la medular se pobló de jugadores en una clara señal de respeto entre dos contendientes que si algo no querían era perder. En el caso del Cádiz, la apuesta de Álvaro Cervera favoreció el estreno oficial del Edu Ramos -firmó en 30 de agosto y debutó un semana más tarde-, al que le bastaron pocas sesiones en su nuevo destino para agarrar la titularidad a las primeras de cambio. El técnico se inclinó por un hombre de perfil defensivo en el centro del campo como escudero de José Mari y Álex Fernández -este último algo más adelantado- y sacrificó a Salvi, que comenzó en el banquillo mientras el canterano Manu Vallejo volvió a repetir desde el principio por cuarta jornada consecutiva. Fue Aketxe el que empezó en el costado derecho y Álex acompañó a Mario Barco en la asfixiante presión arriba.
Los amarillos perdieron velocidad pero ganaron en fortaleza en un choque de enorme despliegue físico en el que la prioridad de insulares y peninsulares no fue otra que mantener la portería a cero. A ver quién era el listo capaz de hacer saltar el cerrojo. Los dos sabían que colocarse por debajo en el marcador podía suponer un lastre demasiado pesado y no estaban dispuesto a dar la más mínima facilidad.
Pero una cosa es al teoría y otra bien distinta la práctica. Sólo dos minutos tardaron los locales en dar su primer aviso con un derechazo desviado de Gámez. Replicó de inmediato Manu con una internada y posterior centro al área pequeña que no encontró aliado.
Los gaditanos se asentaron con orden y superaron el susto que dio José Mari en el 11 cuando él solo se torció la rodilla derecha en la pugna por el balón. El gesto de dolor del roteño hizo temer lo peor pero se recuperó y continuó sobre un césped encharcado en algunas zonas después de la tormenta caída en Palma horas antes del partido.
Ninguno de los dos conjuntos hacía concesiones pero saltaba alguna costura aparecían las ocasiones. En el 24, Aketxe irrumpió por su zona natural, el centro, y soltó un zurdazo lejano que llevó el esférico hasta el poste. No entró por muy poco.
De posible 0-1 casi al 1-0 en la siguiente acción, cuando Abdón Prats, con todo a su favor, remató alto muy cerca de la portería tras repeler Cifuentes un disparo de Carlos Castro. Era más fácil meterla dentro pero no acertó. Las oportunidades no alteraron el guión. El Cádiz controló la situación. Apenas dejó respirar a un rival obligado a guarecerse en su parcela, sobre todo en los saques de esquina, siempre peligrosos con la zurda de Aketxe.
El descanso llamó a la puerta después de 45 minutos intensos con predominio de las defensas sobre los ataques. Los amarillos dejaron buenas sensaciones con su conocida consistencia aunque el duelo quedó abocado a una segunda mitad en la que la condición física iba a resultar determinante. Poco podían esperar que el Doctor Jekyll se iba a transformar en Mister Hyde así por las buenas, entregado con a los brazos de su opoente con una facilidad preocupante.
Y eso que tuvo el gol en con cabeza Mario Barco poco después de la reanudación, pero la pelota se escapó por milímetros junto a un poste. Puro espejismo. El que de verdad mereció el premio fue el Mallorca. Abdón Prats respondió acto seguido con un remate al limbo una vez más en condiciones favorables. Pero nada. No había manera de que nadie abriese el marcador mientras los amarillos iban a menos de manera inexplicable. Empezaron a hacer agua por todas partes. Desconocidos.
Los anfitriones salieron con una marcha más frente a un Cádiz que se olvidó del balón y no le quedó otra que remangarse en tareas defensivas mientras Cervera decidió mover el banquillo para dar entrada a Salvi y quitar a Mario Barco, un movimiento que llevó a Aketxe a tres cuartos y a Manu Vallejo a la posición más adelantada. El técnico buscaba la sorpresa por velocidad justo cuando su equipo sufría el creciente dominio de los locales. No tardó el sanluqueño en aparecer con sus galopadas aunque sin llegar a inquietar con algún centro.
Los baleares empujaron más y mejor y además se encontraron con algún regalo de la zaga cadista. En el minuto 63, Cifuentes corrigió un grave error de Marcos Mauro -no golpeó el balón en un intento frustrado de despeje- y envió a córner el remate de Carlos Castro en el mano a mano. Casi sin respiro -en el 66-, el cancerbero volvió a mantener con vida an su equipo al ganar un nuevo mano a mano, esta vez con Ariday.
El Cádiz se vino abajo y se encomendó a su portero para al menos llevarse un punto y a la velocidad de Salvi para intentar golpear a la contra. En el 70 llegó el extremo hasta la línea de fondo, centró al corazón del área y entre dos defensas impidieron el remate de Manu Vallejo, que reclamó penalti. Fue la última acción del chiclanero, que dejó su sitio a Dani Romera, debutante esta temporada.
Poco más apareció en ataque un Cádiz que prolongo su sufrimiento. En el 75, Cifuentes se estiró al máximo para repeler un misil de Abdón. En aquel minuto ya era un milagro que los amarillos tuviesen un punto. Hasta pudieron llevarse los tres cuando un latigazo de Álex Fernández -en el 79- lo sacó Reina.
El partido estuvo abierto hasta el final pese a la indiscutible superioridad de los bermellones en la segunda parte. Los locales entraron una y otra vez por los costados ante la flaqueza de los laterales.
Cervera quiso revitalizar la media con la frescura de Azamoum en los últimos minutos. Los andaluces apretaron los dientes, lo fiaron todo a la defensa hasta que en el 89, un saque de esquina mal defendido lo aprovechó Álex López para fusilar a Cifuentes. El Cádiz pagó caro su hundimiento.
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