El desafortunado mensaje de Ben Harburg comparando a la afición del Cádiz CF con la del Valencia

Cádiz/Los incidentes acaecidos en el partido entre el Valencia y el Real Madrid provocan una onda expansiva que llega hasta el Cádiz CF. Los insultos racistas que sufrió Vinicius han desatado un escándalo de alcance mundial y originado un sinfín de reacciones desde muchas partes del planeta.

Juan Cala, futbolista del conjunto amarillo (sin ficha en la segunda vuelta por lesión) lanzó un mensaje crítico contra Gabriel Paulista, Diakhaby y la afición del Valencia que encontró respuesta del propio Diakhaby.

El zaguero lebrijano no fue el único integrante del Cádiz CF en pronunciarse. También lo hizo Ben Harbug, propietario de aproximadamente un 6,5% de las acciones del club que además ejerce la función de observador en el consejo de administración.

El empresario norteamericano pasó estos días en territorio gaditano y asistió al importante partido contra el Valladolid, en el que vibró con la valiosa victoria que pone a los amarillos un poco más cerca de la permanencia.

Harburg suele apoyarse en su cuenta de twitter para manifestarse y el lunes lo hizo con un mensaje poco afortunado. Si hay algo que deben procurar las personas del mundo del fútbol es unir y no separar, apagar fuegos y no echar gasolina con mensajes incendiarios.

Un miembro del consejo de administración del Cádiz CF como es él se metió en un berenjenal al comparar a la afición del equipo amarillo con la del Valencia. Para destacar a la hinchada amarilla se valió de la fotografía del recibimiento al autobús del equipo con un padre llevando a hombros a su hijo. Al lado colocó un vídeo de un grupo de seguidores valencianistas llamando mono a Vinicius a su llegada a Mestalla.

Las dos imágenes ilustran su mensaje: "La diferencia entre Cádiz CF y Valencia: Lo bueno y lo malo del fútbol", señaló Harburg. Identificó al Valencia con esos graves insultos al jugador del Real Madrid.

El accionista del Cádiz CF no tuvo templanza a la hora de manifestarse. Más leña al fuego cuando se necesita lo contrario.