Un día inolvidable para los aficionados del Cádiz CF que fueron testigos de un hecho histórico

Cádiz/Menudo subidón el de la afición del Cádiz CF. Después de la decepción que se llevó hace una semana con la derrota en casa frente al Sevilla, fue precisamente en la capital hispalense donde la hinchada amarilla se reencontró con la felicidad de la victoria de su equipo.

Reinó el buen rollo entre las dos aficiones. Como no podía de otra forma en Sevilla, los seguidores cadistas estuvieron en clara minoría pero se lo pasaron en grande, primero en la previa del encuentro y después durante el partido. Llegaron dos autobuses fletados por la Federación de Peñas Cadistas (FPC), otros seguidores se desplazaron en vehículos particulares y no faltaron gaditanos que residen en Sevilla.

La mayoría de los seguidores del cuadro gaditano ocupó plaza en la grada reservada a la parroquia visitante, aunque otros muchos estuvieron repartidos por distintos sectores mezclados en buena armonía con incondicionales verdiblancos.

Los cadistas que acudieron al Benito Villamarín, cerca del millar, tuvieron la inmensa fortuna de ser testigos de la primera victoria liguera de su equipo en un estadio prohibido hasta la fecha. Una día inolvidable en la que reinó la fiesta del fútbol más allá del resultado. Y si encina los puntos fueron para los amarillos, todavía mejor. El viaje de vuelta no pudo ser más alegre.