"He encontrado aquí mi lugar en el mundo"

Cádiz CF

Feliz como cadista e identificado 100% con el club, el proyecto y la ciudad, habla sin temor del ascenso y señala a su hermano Nacho como artífice de su fichaje

Álex juega con un balón mientras posa sentado sobre otro.
Álex juega con un balón mientras posa sentado sobre otro. / Marcos Piñero
F. J. Díaz

28 de febrero 2019 - 06:20

Cádiz/Álex Fernández (15 de octubre de 1992) es una de esas incorporaciones del Cádiz desde su retorno a Segunda División A, que elevaron el nivel del proyecto que el club se traía entre manos. Su pasado madridista, donde llegó a debutar en el primer equipo junto a jugadores de talla mundial, ya es la mejor carta de presentación para un futbolista deseado por toda la categoría, muy del agrado de conjuntos de la elite nacional y con una operación fallida el pasado verano para la Fiorentina, que vio en el cadista mucho de lo que buscaba para el centro del campo. No es habitual que un profesional cuyo futuro pasa por el nivel del equipo y la categoría en la que compite, elija Cádiz y el Cádiz antes que uno de los históricos de Italia que, además, le aseguraba jugar la Liga Europa. Compromiso fuera de toda duda y cadista de profesión y convicción. Que hoy sea amarillo, tiene mucho que ver con los consejos de un jugador del Real Madrid, su hermano Nacho. Orgullo futbolístico de Alcalá de Henares, Álex Fernández abre su taquilla del vestuario y exterioriza sus sentimientos a Diario de Cádiz.

-Su segunda temporada en Cádiz y parece que lleva toda la vida aquí. ¿Cuál es el secreto?

-Una adaptación rápida no sólo al equipo, a los compañeros y al cuerpo técnico, sino también a la ciudad. Es una maravilla y un privilegio estar aquí y lo valoro día a día. Esos sentimientos ayudan mucho a sentirme mejor y apretar los dientes en cada momento. Que nadie tenga duda de ello.

-¿Entiendo por sus palabras que hay Álex para largo vestido de amarillo?

-Sí, es verdad que me veo así. Renové por cuatro temporadas porque quiero hacer en este equipo algo importante, y el día que me vaya, sea retirándome aquí o por otra circunstancia, que se recuerde mi nombre por haber hecho algo grande para el club. Es la mejor manera de afrontar un proyecto a largo plazo y es lo que más deseamos tanto mi familia como yo.

-¿Qué le da el Cádiz a Álex? ¿Y Álex al Cádiz?

-Me ha dado ganas otra vez de poder disfrutar del fútbol y reencontrarme con mi mejor versión sobre un terreno de juego. Disfrutar cada partido y entrenamiento, venir con alegría y, en definitiva, estar muy feliz. Y yo al Cádiz le doy entrega, corazón, respeto por la camiseta que llevo puesta y, sobre todo, mucho cariño porque esta es mi casa y así lo siento.

-Tiene a su espalda equipos de peso mayúsculo y, sin embargo, su mejor rendimiento llega en este modesto rincón del sur...

-Llevaba muchos años complicados, con varias cesiones. Eran equipos importantes pero en ningún momento encontré mi sitio. Fueron etapas difíciles, aunque luego fue llegar aquí y, a pesar de que al principio me costó, una vez que pasé la barrera de la adaptación he encontrado el punto deseado en mi juego y en el equipo. Esta es mi casa no sólo por lo futbolístico, sino también por lo personal. Estoy encantado en esta ciudad. Me quiero quedar muchos años porque he encontrado mi lugar en el mundo y no lo cambiaría por nada.

-Habla de una barrera de adaptación que con Álvaro Cervera tiene un mensaje muy claro, ¿no cree?

-Cuando firmé, a mí el míster me sentó y fue claro conmigo. Me dijo que le gustaba mucho como jugaba, pero que necesitaba algo diferente, algo más para poder jugar. Entonces entendí el mensaje claramente y ahora hago lo que se ve en el campo. Sin dejar de jugar al fútbol ni de tocar la pelota, tengo que tener ese punto de sacrificio y de defensa que el míster requiere para poder jugar en el Cádiz.

-Vive semanas algo complejas en su posición. Competencia alta, la exigencia, decisiones del entrenador..., ¿encuentra alguna explicación?

-La competencia está siendo buena y viene bien para el equipo. Se está viendo que juegue quien juegue el equipo responde. Quizás es lo que nos faltó el año pasado, que llegamos al final muy cansados porque no teníamos tanto fondo de armario. Contábamos con muy buenos futbolistas pero la realidad es que llegamos fundidos. Y este año se ve todo lo contrario y parece que vamos a llegar con una fuerza brutal al final. Quedan pocas jornadas pero sí muchos puntos y necesitamos de la participación de todos.

-Si le digo que, en un alto porcentaje, los aficionados entienden que siempre debe jugar Álex...

-Soy el primero que me cuesta cuando no juego. El míster lo hace por el beneficio del grupo y hay momentos en los que eres importante y otros en los que ese papel le toca a otro compañero. El fin de semana pasado me tocó jugar a mí y el equipo ganó. Ahora el míster tendrá que decidir. Hay que saber adaptarse y ayudar al grupo de la mejor manera posible. Sé que la gente me quiere y me siento respaldado por la afición. Siento su cariño y su respeto porque entiendo que me lo he ganado en el campo, que es donde un futbolista debe ganárselo. Me siento muy identificado con los valores de este club y de la ciudad. Al final, se trata de un cariño mutuo y espero que sea una relación fructífera y de larga duración.

-En el hecho de que en la actualidad sea jugador del Cádiz tuvo mucho peso la opinión de su hermano Nacho. ¿Cómo fue aquello?

-Cuando tuve la opción de venir aquí tenía otras ofertas importantes, y siempre en los temas profesionales y personales me siento con mi hermano y mi familia para decidir lo que entendemos mejor. Él (el madridista Nacho) lo tenía claro; decía que era el mejor sitio para volver a demostrar lo que soy. No se equivocó. Por supuesto, le agradezco que tomara parte en esa decisión.

-¿Se puede decir que en el madridista Nacho hay también un cadista?

-Sin duda. La familia de su mujer y su mujer son de Cádiz. Es un equipo que siempre nos ha gustado y él no se pierde un partido para animar como el que más. Si tenemos la suerte de estar en el play-off o luchando por ese play-off, estoy seguro que va a venir.

-Permítame que retroceda en el tiempo para volver a esos años de los dos hermanos Fernández jugando y entrenando juntos en la cantera del Madrid y en su primer equipo. ¿Qué recuerdo le trae?

-Los momentos más dulces de mi carrera porque lo disfrutas todo más y valoras que tienes menos problemas. Se veía todo de forma diferente. Es verdad que el Real Madrid es otro mundo, parece como otro deporte, y en ese momento sólo piensas en jugar y disfrutar. Son años en los que vives con tus padres y no tienes nada de que preocuparte. Lo recuerdo no sólo como una etapa feliz, ya que también fue muy importante estar con mi hermano, mi líder en el vestuario y en casa.

-Nacho representa la honradez dentro del vestuario madridista y su caso, aquí en el Cádiz, guarda mucha similitud...

-Desde que éramos pequeños, mis padres nos enseñaron que siempre deben estar presentes valores como la humildad y la honradez. Cuando empezamos no sabíamos si íbamos a ser futbolistas. Hemos tenido la suerte de lograrlo y ahora valoramos lo que tenemos. Nacho lo hace al nivel que tiene y yo en el mío. Y valoras poder disfrutar de lo que te gusta y cada fin de semana pisar un estadio de fútbol.

-'Aterrice' en Carranza. Hay que hablar de ascenso sí o sí. ¿No es cierto?

-El equipo es ambicioso y queremos llegar cuanto antes a la barrera de los cincuenta puntos, que estamos ya muy cerquita. Pero por supuesto que tenemos equipo para ascender y no hay que tener miedo a decirlo. Aunque hay que tener cabeza porque el año pasado a esta altura estábamos muy bien, apretamos todos, dentro y fuera, y creo que presionamos de más en querer meter la cabeza en el play-off demasiado pronto y no nos dimos cuenta de que, al final, los equipos aprietan y hay buenas plantillas y buenos futbolistas, y todos llegan muy bien al tramo decisivo de la temporada.

-La lluvia brilla por su ausencia, pero mójese. ¿Ascenso directo o play-off?

-Estar en play-off sería ya un gran premio. Es verdad que dado el estado de forma del equipo, con tres victorias seguidas y dejando la sensación de haber podido ganar por más goles en Tarragona, te da a pensar que puedes hacer algo más. Ahora viene el Albacete, que va segundo y si ganas te puedes poner a tres puntos. Luchar vamos a luchar por todo, eso seguro. Lo hemos hablado y vamos a ser ambiciosos. Tenemos equipo para hacer algo importante, pero vamos partido a partido. Primero se trata de ganar al Albacete, acercarnos arriba y luego competir para seguir escalando.

-¿Cómo es el vestuario desde el punto de vista humano?

-Brutal. El mejor en el que he estado. El secreto es la amistad que tenemos entre nosotros. Si no tuviéramos la relación que tenemos, tendríamos muy buenos futbolistas pero no funcionaría. Se han visto casos muy claros de lo que estoy diciendo. Que estemos al final de temporada arriba será también por esa amistad.

-¿Y Cervera?

-Bien. El míster es el míster. Un grandísimo entrenador y como persona siempre está atento y cuidando a sus jugadores. Es el líder que necesitamos para el Cádiz y ojalá esté aquí muchos años.

-Ha jugado en grandes escenarios, si bien cuando Carranza se llena, aprieta y ruge...

-Cuando eso ocurre se demuestra que por afición y sentimiento debemos estar en Primera aunque por circunstancias estamos en Segunda. Nos encantaría regalarle a toda la gente el ascenso, que es lo que sueña el vestuario y la ciudad.

-Grandes campos y grandes jugadores junto a usted. ¿Quién le ha impresionado más?

-A mí en el Real Madrid es donde más me impactó lo que vi cuando entrenaba con ellos y cuando debuté. Son lo mejor de lo mejor. Cristiano, Kaká, Modric..., parece que juegan a otro deporte. Todo tan rápido y tan inteligentes en el campo... Parece que nosotros jugamos a una cosa y ellos a otra. No me puedo quedar con uno, pero si lo hago me quedo con mi hermano (Nacho). Él ha sido y es constancia, trabajo y sacrificio, y por eso juega en Primera División y en la selección española.

-Le pido que cierre los ojos y se traslade mentalmente al 30 de junio. ¿Dónde ve al Cádiz?

-Me gustaría verlo montado en un autobús por la avenida de Andalucía celebrando un ascenso. Es el deseo y el sueño del vestuario. Sabemos de la dificultad pero tenemos el equipo y los medios para poder lograrlo.

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