El entrenador del Cádiz CF se mete en un lío
Garitano sufre su primer revés como técnico del equipo amarillo
El anuncio del Cádiz CF con la derrota en Albacete
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Cádiz/Si por algo se caracteriza Gaizka Garitano es por hablar muy claro. Desde que se hizo cargo del Cádiz CF en una situación de emergencia, no se cansa de repetir que no se puede hablar del ascenso cuando el equipo viene justo del lado contrario. Y además, sin fichajes suficientes a mitad de curso. De hecho, lo primero que hizo fue sacarlo de la zona de descenso. Lo segundo, trasladarlo a la parte media de la clasificación y alejarlo del abismo.
El entrenador pidió sin rodeos y de manera pública refuerzos en el mercado de invierno, en especial un extremo derecho y un delantero, pero el club pasó olímpicamente y dejó pasar la oportunidad de elevar el nivel de la plantilla. No le dio todos los mimbres que solicitaba para intentar dar un paso más.
Desde su aterrizaje, Garitano dotó al equipo de una consistencia que no tenía y el cambio fue evidente. A partir de la solidez, llegaron la victorias y desaparecieron la derrotas. Diez jornadas seguidas sin perder hasta el primer varapalo que se produjo casi tres meses después de su incorporación.
El revés en el estadio del Albacete fue un mazazo no sólo por la derrota en sí sino por la forma, que también cuenta. Los futbolistas no estuvieron a la altura como reconoció el propio Garitano. "Se puede perder, pero no hemos competido. Llevábamos diez partidos sin perder, pero no puedes perder de la manera en la que lo hemos hecho". No estaba nada contento: "No competir es lo que más me duele. No hemos hecho un buen partido".
El entrenador tampoco acertó en la alineación. Arriesgó y le salió mal. Había dado con la tecla con Javier Ontiveros en tres cuartos y un solo punta, pero en Albacete se inclinó por dos delanteros y el marbellí en banda izquierda. La cosa no funcionó y no tardó en hacer retoques para poner a Ontiveros por el centro, con Carlos Fernández desplazado a la derecha (fuera de su hábitat natural) y José Antonio De la Rosa, que había empezado en ese extremo, ubicado en la izquierda. Después de complicarse la vida, rectificó en el descanso al dejar en la caseta al ariete sevillano y dar entrada a Rubén Sobrino. Trató de poner orden aunque a la postre no sirvió de nada. El cuadro manchego marcó los tres goles en la segunda mitad.
Garitano se metió en un lío con un once inicial que no funcionó y tampoco lo hicieron los jugadores que salieron desde el banquillo. Una de las claves del partido radicó en el papel de los suplentes de cada escuadra. Los dos primeros tantos de los manchegos los marcaron efectivos que acababan de saltar al césped (Martón y Pablo Sáenz). Por el bando cadista, ninguno de los que salió con el partido en marcha aportó gran cosa.
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