El esperpento del Cádiz CF en la Copa del Rey es más doloroso que grave

Lo que importa de verdad es que el conjunto amarillo consiga la permanencia

Las posiciones que el club quiere reforzar

Los jugadores el Real Unión de Irún celebran un gol ante el Cádiz. / Juan Herrero/Efe
J.J.N.

14 de noviembre 2022 - 19:16

Cádiz/Qué difícil es dar una alegría a la afición del Cádiz CF esta temporada 2002/23. El fútbol está compuesto de retos inmediatos con un objetivo a largo plazo, que para el equipo amarillo es la permanencia en Primera División. Lo demás es un asunto menor por muy vergonzoso que sea, como es el caso de la Copa del Rey.

El duro revés sufrido en el duelo copero supone toda una humillación. El equipo no estuvo a la altura de la entidad ni de su afición, pero tampoco es como para rasgarse las vestiduras más de la cuenta. Se trata del bochorno de un pésimo día ante un rival de menor entidad.

El Cádiz CF no midió bien, no se lo tomó con la suficiente seriedad y sufrió un escarmiento que para nada debe afectar a su empeño en abandonar la zona de descenso en la Liga. Es ahí cuando no se puede permitir tardes como la del domingo 13 de noviembre en el Stadium Gal.

Eso sí, el varapalo no se puede más inoportuno por el momento en el que se produce. El Cádiz CF tenía la ocasión de irse al parón con media sonrisa (aunque sin lanzar las campanas al vuelo) tras vencer al Atlético de Madrid, empatar en Getafe, perder con la cabeza alta en el Bernabéu y poder dejar en la cuneta al Real Unión de Irún. Todo hubiese estado en orden, dentro de la situación complicada (penúltimo en la Liga), con el acceso a la segunda ronda.

La derrota en territorio vasco no deja de ser un mal trago que indigna con razón al universo cadista. Pero ya está. No se puede hacer más. Todos centrados en la Liga a final de año, que es lo que de verdad importa.

El problema es que el Cádiz CF mete la pata en el último partido justo antes de que se detenga el balón durante mes y medio. La fecha es la peor. Y además es superado por un adversario que milita dos categoría por debajo y es el colista de lo que antes se conocía como Segunda B.

Con ese mal sabor de boca se van los amarillos y su sufrida afición a una interrupción de la competición que va a parecer aún más larga de lo que es después del ridículo copero. Tres goles, nada menos que tres goles recibió el Cádiz CF de un equipo que va último en su Liga y tiene un promedio de un tanto por partido.

Se mire por donde se mire, no hay excusa que valga. Pero si el conjunto amarillo consigue la salvación, nadie se acordará de un fiasco de los que pocos, ni los grandes, se libran en algún momento de la historia del torneo del KO.

Si de algo puede servir el batacazo copero es de que no haya la mínima duda en el club de la necesidad de reforzar la plantilla para todo lo que viene después del parón, que no es poco. El choque de Copa dejó en mal lugar a los menos habituales, que estuvieron lejos de aprovechar los minutos.

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