El ex del filial del Cádiz CF que sigue dando guerra

Donde va deja huella. Es Pablo Molina Álvarez, el inolvidable canterano del Cádiz CF que sigue dando guerra en el césped con un compromiso ejemplar. El gaditano se marchó hace menos de un año a Mallorca, después de tres años y medio magníficos en el Conil -en dos etapas distintas-, para unirse a las filas del Club Esportiu Santanyí, donde desde el principio se ha convertiido en un jugador muy importante.

El bueno de Pablo Molina recaló en noviembre del año pasado en el conjunto balear, pero pronto se hizo con un sitio en la defensa -puede actuar de central y de lateral izquierdo- y en el Santanyí se dieron cuenta que era un jugador con carácter y garra. La campaña pasada sumó 22 encuentros (17 como titular) y un total de 1.584 minutos, anotando un gol en la goleada sobre el Collerense (5-1). Como filial del Atlético Baleares -ese compromiso se ha roto para esta próxima campaña-, el Santanyí fue de menos a más y se quedó muy cerca de disputar la fase de ascenso a Segunda Federación. Esta temporada, ese es el objetivo de la escuadra mallorquina.

A sus 29 años, el defensor ex cadista ya prepara el curso entrante una vez que cerró su renovación haciendo oídos sordos a la posibilidad de cambiar de equipo en el mismo grupo XI de Tercera Federación. Pablo confía ciegamente en el proyecto del Santanyí.

El bravo lateral fue un clásico en la cantera del Cádiz CF hasta llegar al filial, donde permaneció dos años hasta su adiós en 2016. De ahí pasó al Cacereño, en Tercera, jugando como campeón una fase de ascenso, y posteriormente al Villanovense, en la desaparecida Segunda B -ahora denominada Primera Federación-. De vuelta a su tierra, se unió al Arcos con Pepe Bermúdez en el banquillo para cuajar un año excepcional como lateral izquierdo e incluso central, y luego al Conil con un pequeño paréntesis en el Ciudad de Lucena antes de regresar al equipo del Pérez Ureba. Su labor en el conjunto conileño resultó exquisita dentro y fuera del campo, llegando a ser capitán del plantel y uno de los futbolistas más querido y respetado por sus compañeros y por la afición.

Cuestiones personales le abrieron la puerta a instalarse la temporada pasada en Mallorca, donde Pablo Molina se hace fuerte en el Santanyí, donde acaba de renovar para vivir su segunda experiencia en el conjunto rojiblanco.