El motivo por el que hay ganas de revancha contra el Extremadura
Cádiz CF
El conjunto amarillo recibe este domingo a un rival que el pasado curso cerró las puertas del ‘play-off’ de ascenso con una inesperada victoria en Carranza en un partido marcado por la muerte en accidente de Reyes
Cádiz/El Cádiz recibe este domingo en el Ramón de Carranza a partir de las 20:00 horas al Extremadura, el rival que el pasado curso, en la penúltima jornada, cerró, aunque no matemáticamente, las puertas del play-off con una inesperada victoria en la Tacita de Plata. Sin duda, una espina clavada un tanto extraña por todo lo que rodeó a aquel encuentro.
Algo más de dos meses después, la herida aún no ha cicatrizado. El equipo amarillo afronta este fin de semana el partido de la tercera jornada como líder tras sus triunfos sobre Ponferradina (1-3) y Mirandés (1-2), pero en la capital gaditana son muchos los que no olvidan lo sucedido el pasado 4 de junio, fecha en la que se enfrentaron cadistas y extremeños por el cambio motivado por el fallecimiento del visitante José Antonio Reyes.
En efecto, el accidente mortal sufrido el sábado 1 de junio por el internacional sevillano cuando se desplazaba en su coche, una vez finalizado el entrenamiento de los azulgranas, desde Almendralejo, hasta su Utrera natal propició, al margen de la conmoción generalizada del mundo del fútbol, la inmediata suspensión de prácticamente el grueso de la jornada en Segunda División, trasladada al martes siguiente.
Así, el choque se disputó en un ambiente de evidente duelo, sin nada relevante en lo deportivo para el Extremadura pero con la fase de ascenso en juego para el Cádiz, que llegaba a la cita en la sexta plaza, por delante del Deportivo, y dependiendo de sí mismo.
Desde que el balón comenzó a rodar se pudo comprobar que no era el día de los pupilos de Álvaro Cervera, siempre con más corazón que cabeza, por momentos atenazados por la presión del reto. Para colmo, una desafortunada acción en la primera parte, al despejar Sergio Sánchez casi en el círculo central y el rechace sorprender por arriba a un Cifuentes algo adelantado, propició el 0-1. La cuesta se empinaba irremediablemente.
La segunda mitad resultó un quiero y no puedo, un auténtico calvario hasta el pitido final coronado en los últimos minutos por una frustrante jugada de ataque en la que Mario Barco no acertó a dejar en bandeja el que habría representado el gol del empate. Un gol, además, que habría bastado para conservar el sexto puesto porque el titular de La Coruña tampoco pasó de la igualada en Elche.
Como quiera que el cuadro amarillo fue incapaz de salvar al menos un punto, lo cierto es que la competición alcanzó la jornada final con todo en contra para los intereses cadistas. La visita a un Sporting sin nada por lo que luchar no era lo más complicado, desde luego. Lo peor radicaba en pasar a depender de un improbable tropiezo del Dépor en Riazor ante un ya descendido Córdoba. Los gallegos no fallaron y, encima, el Cádiz cayó en Gijón ofreciendo su peor imagen, pura impotencia.
En realidad el play-off se escapó días antes, contra el Extremadura, que dio sobre el verde tapete de Carranza una lección de profesionalidad para rendir el mejor homenaje posible a su compañero fallecido.
Los de Álvaro Cervera se volvían a quedar con la miel en los labios, con la sensación de nadar y nadar para ahogarse en la orilla, por más que se repitiera hasta la saciedad que el objetivo marcado eran los 50 puntos que otorgan la permanencia y se había alcanzado con creces. La afición tuvo motivos para ilusionarse y de golpe y porrazo despertó del sueño como si se tratara de una horrible pesadilla.
Ahora, en una nueva campaña pero frente al mismo adversario, parece inevitable evocar los recuerdos más recientes. Un triste recuerdo que debería espolear más si cabe al Cádiz para ir a por el triunfo con decisión, con toda la disciplina defensiva que requiere su sistema pero con decisión e intensidad.
La recompensa se antoja interesante, nada menos que conservar la primera posición de la tabla y, de paso, igualar el récord de victorias consecutivas en el arranque liguero en la categoría de plata desde que se instauraron los tres puntos por triunfo, conseguido por la escuadra dirigida por Jose González en la campaña 2003-04. Ahí queda el desafío.
El Tenerife, el otro verdugo en dos de las tres últimas campañas
El mazazo que supuso el revés del Extremadura la pasada temporada con el 0-1 en el Ramón de Carranza se convirtió en la tercera decepción en otras tantas campañas desde el último regreso a Segunda, aunque en este caso fue el segundo verdugo. Antes que el titular de Almandralejo, el Cádiz vio esfumarse sus aspiraciones en dos ocasiones por culpa del Tenerife. En la 2016/17, en la que los de Álvaro Cervera certificaron ante el Elche en casa el pase a la fase de ascenso, el primer cruce del play-off se saldó con eliminación ante los insulares debido a su mejor clasificación durante la Liga regular, tras el 1-0 de la Tacita de Plata y otro 1-0 en el Heliodoro Rodríguez López. Y en la 2017/18, los amarillos acariciaban el play-off en la penúltima jornada en Carranza cuando ganaban 1-0 a los tinerfeños, que empataron a última hora. Aunque una semana después el Cádiz se presentó en Los Cármenes con posibilidades matemáticas de alcanzar la fase de ascenso, la derrota con el Granada en realidad rubricó que el objetivo se había escapado con el 1-1 ante el Tenerife.
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