En fase de crecimiento

Cádiz/Una vez más, la visita a Lugo resultó talismán para un Cádiz CF que se llevó los tres puntos por tercera vez consecutiva. Y una vez más Lugo fue el enclave de la resurrección del equipo de Álvaro Cervera, que hace dos campañas venció cuando llegó también enredado en las preocupantes posiciones de descenso. Aquel triunfo sirvió de trampolín a un equipo que entonces no paró de escalar hasta acabar en una quinta plaza que supo a gloria.

La victoria del pasado sábado no significa que el Cádiz CF se vaya a meter en la puja por el ascenso como hizo hace dos años. Ni mucho menos. No deja de ser una victoria que rompe una racha muy negativa –nueve jornadas consecutivas sin vencer- y aporta un elevado suministro de autoestima, un aspecto relevante en la competición por la innegable influencia que ejerce el factor anímico. Lo demás está por llegar. La prioridad es salir cuanto antes de la zona baja sin pensar más allá de ese importante objetivo porque esa es la realidad del presente.

El camino ya está señalado con el sudor derramado en el Ángel Carro de principio a fin: correr tanto o más que el oponente, cerrar espacios para dejar sin argumentos al contrario, ganar la batalla del centro del campo y acertar en el remate.

Los de Cervera continúan con problemas en la definición aunque esta vez sí aprovecharon dos de las numerosas ocasiones que fabricaron para dar la vuelta al marcador. Todo un éxito si se tiene en cuenta que es la primera vez desde el comienzo de la Liga que el Cádiz CF hace más de un tanto en un partido. Un paso más en la progresión de un equipo en plena fase de crecimiento.

El Cádiz CF hizo suya la muralla de Lugo para contener a un adversario en pleno atasco y organizó un caudal ofensivo que partió con el robo del balón y la salida con velocidad, como le gusta al entrenador. Para alcanzar el éxito no le hizo falta tener el balón demasiado tiempo. Le bastó con un 39 por ciento de posesión para asestar un golpe de efecto y anunciar que el Cádiz está dispuesto a dar guerra.

Una de las claves del esperado renacimiento cadista es la evolución de un conjunto que engrasa la maquinaria colectiva y exprime las cualidades individuales de cada uno. El equipo se vuelve más compacto, emerge la solidaridad en el esfuerzo y cada uno saca lo mejor de sí mismo, como en los dos goles que valieron el triunfo. El Cádiz CF va a más. Esa es la sensación que transmite, pendiente de confirmación en los compromisos venideros.

El Cádiz CF venció en Lugo gracias a un laborioso trabajo en equipo y acabó con una racha negativa de nueve jornadas seguidas sin ganar.