El futuro de Barla podría pasar por la Costa del Sol

El futuro de José Manuel Barla podría estar fuera de su club de toda la vida, el Cádiz, ya que el Málaga se ha fijado en el actual secretario técnico cadista para que asuma esa función a partir de la próxima temporada en la entidad de la capital de la Costa del Sol. La dirección deportiva malaguista va a sufrir cambios y Barla encaja en el perfil que se busca para un proyecto marcado por la austeridad económica que deja como secuela haberse acogido al proceso de Ley Concursal.

El interés del Málaga nace hace algunos meses, justamente cuando se empezó a rumorear que Ricardo Rodríguez tenía intención de abandonar la dirección deportiva del club, lo que se hizo efectivo en el pasado mes de marzo. A partir de ahí se habló de la posibilidad de que el ex jugador Carlos Alejandro Serra Fumero Sandro asumiera este cargo y que Barla, avalado por Juan Ramón López Muñiz -ambos fueron compañeros en el Rayo Vallecano- entrara como secretario técnico. Se ha pensado en el gaditano por ser un conocedor de la Segunda B española y del mercado sudamericano. Todo ello, en un marco de pocos medios y recursos que está marcando la forma de funcionar del club malagueño. Y Barla es la persona que reúne ese perfil y en la que, según nuestras fuentes, muestra bastante confianza López Muñiz.

La permanencia del conjunto blanquiazul en la máxima categoría permite que el proyecto siga adelante y que, por tanto, continúe el mismo entrenador haciendo valer el contrato que tiene en vigor. A partir de ahí empieza a tomar forma toda la estructura de la entidad. La marcha de Ricardo Rodríguez -según se dijo en marzo pasado se debe a su intención por entrenar- despeja el camino al canario Sandro, una persona muy vinculada al Málaga que llegaría a la dirección deportiva avalado por su etapa como jugador y su buen cartel en este club. Sandro sabe que López Muñiz tiene muy presente a Barla para, de esta forma, cerrar el trío de ases que daría forma al Málaga 2010-2011.

Barla y el Cádiz han ido de la mano desde el inicio de la década de los 80, cuando el ahora secretario técnico jugaba en las secciones inferiores. Tras su paso por el equipo profesional, con el que debutó en un Cádiz-Sporting de la campaña 86-87 -la siguiente, con Espárrago en el banquillo, se la pegó casi en blanco- y en el que estuvo hasta la 93-94, el extremo zurdo se marchó al Rayo Vallecano para regresar al Cádiz en 1997. En el conjunto madrileño, donde compartió vestuario con López Muñiz, vivió un ascenso a Primera División.

Tras colgar las botas al final de la temporada 1999-2000, ingresó en el organigrama del club amarillo, donde entrenó al Balón cadete y se convirtió en coordinador de las secciones inferiores. A partir de entonces ha estado ejerciendo de secretario técnico -salvo parte de una temporada en la que fue director deportivo e incluso segundo entrenador-, cargo desde el que ha desarrollado una labor oscura en el seguimiento de jugadores futuribles para la plantilla cadista. En este sentido, hay que apuntar que posee un buen manejo y una completa documentación del mercado español de segunda fila; es decir, la categoría de plata y la de bronce.