Un hilo de esperanza entre los nubarrones (3-1)
El gol de óscar Pérez da vida a los cadistas pensando en la vuelta y maquilla un pésimo partido de los amarillos, marcado por un terreno de juego encharcado y la nefasta actuación arbitral
Hay vida. Es prácticamente lo único bueno que puede sacarse del partido del Cádiz en Lugo, en la ida de la final por el ascenso a Segunda División. Hay vida, poca, pero la hay, casi un milagro porque el conjunto amarillo estuvo muerto durante muchos minutos en el Anxo Carro. En un partido marcado por un terreno de juego encharcado y por un árbitro lamentable, el Lugo tuvo la eliminatoria prácticamente sentenciada tras ponerse 3-0, pero el gol de Óscar Pérez mantiene con vida las esperanzas cadistas de lograr la remontada y el ascenso dentro de siete días en Carranza.
La manta de agua que cayó sobre Lugo durante todo el día amenazó el comienzo del partido... y casi mejor haberlo dejado para otro día. El Cádiz nunca se sintió cómodo en un campo impracticable, inimaginable en otro escenario que no sea la Segunda B, y tuvo muchos problemas para siquiera acercarse al área de Escalona.
Por contra el Lugo, en teoría el más perjudicado por su estilo de toque, se adaptó muy rápido al terreno de juego y varió su plan, encomendándose al juego directo y el balón parado. Precisamente en un saque de falta lejano, ya en el minuto 11, llegó el primer tanto del partido, obra de Pita. El centrocampista gallego, en fuera de juego, se adelantó a la zaga cadista y recogió el rechace de Aulestia al lanzamiento de Monti para poner el 1-0 en el Anxo Carro.
Jarro de agua fría -nunca mejor dicho- para los cadistas, que no podían o no sabían adaptarse a las condiciones de un partido que podía ser de todo menos de fútbol. Aún así los amarillos tuvieron el empate en botas de De Coz, que soltó un latigazo desde la frontal tras un par de buenos recortes que se marchó muy cerquita del palo izquierdo de la meta defendida por escalona.
Pero, con el marcador a favor y los amarillos en pleno proceso de descomposición, el Lugo comenzó a gustarse y a tocar todo lo que el terreno de juego le permitía, controlando el partido sin apuros. Y ya en el 35, de nuevo a balón parado, llegó la puntilla para los de Jose González. Monti sacó la falta desde Ourense, Garrido cedió a Belencoso y el delantero fusiló sin contemplaciones a Aulestia. Otro regalo de la defensa amarilla. Y de eso los charcos no tuvieron la culpa.
Para colmo de males el árbitro, que ya había obviado el fuera de juego de Pita en la jugada del 1-0, se comió un penalti de libro cometido sobre Ikechi ya en la recta final del primer periodo. El escocés se marchó de Aitor y Belforti llegó como una locomotora para arollar al extremo cadista, desdentendiéndose del balón. Un penalti como una casa que se fue al limbo. Lo que faltaba.
Once zombies vestidos de amarillo tomaron el camino del vestuario con el pitido de Hernández Cifuentes. El Cádiz había sido víctima de un terreno de juego infame, de un colegiado nefasto y de un rival más habituado a estas condiciones, pero sobre todo fue víctima de sí mismo. Nunca supo a qué jugar, nunca supo cómo meterle mano al partido en esos primeros 45 minutos.
Tras el descanso, el tempo del partido se mantuvo aunque los cambios dieron algo de aire al conjunto amarillo, especialmente con la entrada de Juanse. Pero el camino del gol seguía siendo un laberinto donde se perdían una y otra vez los de Jose González. Un gol, uno por lo menos, era necesario.
El reloj corría y muy poco cambiaba. Para colmo, el árbitro volvió a hacer de las suyas en el 67, prácticamente condenando a los amarillos a otro añito en el infierno. Hernández Cifuentes se comió una clamorosa falta de Quero a Góngora en el despeje, tras un rechace de Aulestia, y el extremo lucense aprovechó para poner un 3-0 que dejaba la eliminatoria prácticamente sentenciada. Los nervios estallaron en el banquillo cadista y tanto Jose, fuera de sí, como Alfonso Cortijo fueron expulsados por sus protestas.
El gol local y la sensación de robo descentró a los cadistas, totalmente descompuestos. Pero, tras una tarde de perros en Lugo, el sol comenzó a brillar y el Cádiz, ya en el 81, se encontró con un gol al que agarrarse pensando en el partido de vuelta. Óscar Pérez enganchó un rechace desde la frontal y con el alma la mandó al fondo de la meta de Escalona. Un gol, el gol, la pequeña puerta a la esperanza para los gaditanos.
Y si hubiera quedado algo más de tiempo... porque los de Setién se asustaron con el gol cadista y dieron un pasito atrás que los amarillos aprovecharon para asediar la portería rojiblanca. Fueron los mejores minutos del Cádiz, lanzados bajo la bandera del sí se puede. Pero no hubo tiempo para mucho más y un gol, el gol, tendrá que ser suficiente para confiar en la remontada en Carranza. Con un 2-0, los de Jose González estarán en Segunda División. Pese al mal juego, pese a la lluvia, pese al árbitro, aún hay vida. Y mientras haya vida...
FICHA TÉCNICA
CD Lugo: Escalona, Aitor, Belforti, Garrido, Manu, Pita (Iván Zarandona, 83'), Monti, Rubén García, Quero, Ismael López (Luismi, 61') y Belencoso.
Cádiz CF: Aulestia, De Coz, Goiko, Murillo, Góngora, Óscar Pérez, Yuste, Ferreiro (Juanse, 60'), Ikechi, Cases (Akinsola, 53') y Dioni.
Goles: 1-0 Pita (11') 2-0 Belencoso (32') 3-0 Quero (67') 3-1 Óscar Pérez (81')
Árbitro: Hernández Cifuentes, del colegio castellano leonés. Mostró amarillas a los locales Garrido y Quero y a los visitantes Óscar Pérez y De Coz. Expulsó por protestar al primer y al segundo técnico del Cádiz, Jose González y Alfonso Cortijo.
Incidencias: Partido disputado en el Ángel Carro de Lugo ante unos 6.000 espectadores, 300 de ellos cadistas. Terreno de juego en pésimas condiciones a causa de la lluvia.
100 Comentarios