El horrible 2024 del Cádiz CF: descenso y pésima gestión del club
El equipo amarillo cierra un año para olvidar
Mercado de invierno: los jugadores sentenciados por el nuevo entrenador del Cádiz CF
Cádiz/La mejor noticia de 2024 para el Cádiz CF es que llega a su fin un año en permanente crisis que ha sido nefasto. Es difícil encontrar algo bueno a lo largo de doce meses que han sido un calvario.
Ha sido el año de la caída del equipo a Segunda División. Un año que comenzó en Primera ubicado en zona de descenso de la que no se movió hasta confirmar el fiasco y lo termina en una categoría inferior muy cerca de un nuevo descenso, en este caso a la división de bronce. Otro fracaso no estar donde le corresponde en Segunda.
El balance numérico refleja el pésimo 2024 recorrido por el conjunto amarillo: 41 de Liga disputados entre enero y diciembre (20 en Primera y 21 en Segunda) con sólo nueve victorias (un 22%), el doble de derrotas, 18 (un 44%) y 14 empates (un 34%). El saldo goleador es muy negativo, -25, con 36 marcados y 61 recibidos.
En el estadio Nuevo Mirandilla, sólo seis triunfos en 21 encuentros (un 28,5%), siete varapalos (33,5%) y ocho igualadas (un 38%). En las visitas, tres partidos ganados de 20 (un 15%), 11 derrotas (un 55%) y seis empates (un 30%).
La funesta trayectoria del equipo amarillo convirtió el banquillo en una guillotina. Cuatro entrenadores en un año, tres de ellos condenados por los malos resultados: Sergio González, Mauricio Pellegrino y, ya en Segunda, Paco López. El valenciano fue sustituido por Gaizka Garitano a principios de diciembre.
La planificación deportiva dejó mucho que desear. El mercado de invierno fue muy pobre con una plantilla poco fortalecida que no fue capaz de remontar el vuelo. Una vez en Segunda, no hubo una limpieza profunda de un plantel con experiencia en la élite que no dio la talla en la primera parte de la nuevo temporada, ya en la división de plata. Renovaciones como las de Iván Alejo o la reciente de Fali son difíciles de entender en el ámbito deportivo.
El enfado de la afición cadista fue creciendo durante el año hasta originarse un enorme distanciamiento con el equipo y con la directiva. No faltaron momentos de tensión con aquel gesto de Iza Carcelén a la grada después de marcar un gol o la chulería de Fali. El portuense pidió perdón rapidez. El central tardó dos meses en hacerlo.
Eso sí, quedó demostrado que cuando el equipo hizo los deberes en momentos puntuales (pocos triunfos), la gente se enganchó de nuevo. Fue visible que la hinchada no respalda a los dirigentes.
En el plano institucional, fue el peor año para el presidente, Manuel Vizcaíno, justo cuando cumplió una década en el cargo al que llegó en 2014 de la mano de José María del Nido y Quique Pina. El envío de burofaxes a aficionados, el desplante al alcalde de Cádiz en la presentación del Trofeo Carranza y decir que el aficionado que pita al equipo es un mal cadista fueron sus errores más groseros. Los gritos pidiendo su dimisión fueron se repitieron durante el año.
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