La inexplicable desconexión letal del Cádiz CF
El conjunto amarillo, obligado a buscar la fórmula para evitar el súbito hundimiento que pone en peligro el buen trabajo anterior
Cuánto tiempo lleva el Cádiz CF sin ganar en casa
Cádiz/El partido contra el Espanyol de la octava jornada de Liga disputado el pasado domingo 9 de octubre en el estadio Nuevo Mirandilla deja una doble lectura. El Cádiz CF da pasos adelante a la vez que retrocede. Todo en una misma tarde de locos en la que compite, baja los brazos y resurge cuando peor lo tiene.
El equipo avanza con el paso corto de un punto que sólo a largo plazo se sabrá si es bueno o resulta insuficiente. Lo cierto es que, números en mano, no termina de aprovechar el factor como local después de dos citas seguidas sin salir de la capital gaditana.
El conjunto amarillo pudo ganar y perder y entre una cosa y otro al final se impuso el equilibrio. Un empate de sabor agridulce después de ir por delante en el marcador y tras haberse visto por debajo.
Fue un duelo marcado por las alternativas. El equipo de Sergio González realizó la mejor primera parte de la temporada en la que domeñó por completo a su rival. La buena noticia fue que además brillar por fin hizo gol en casa.
Nunca se había puesto el Cádiz CF por delante en su estadio. Lo tenía a su favor tras el tanto de Víctor Chust al filo del descanso. Parecía que la primera victoria como anfitrión podía convertirse en realidad hasta que todo se torció justó después de la reanudación.
La fortaleza de la primera mitad se transformó en súbita fragilidad en la segunda. Un giro inexplicable. ¿Cómo se puede pasar del día a la noche por las buenas? Las pájaras del arranque de curso que parecían que formaban parte del pasado volvieron a agigantarse. Aparecieron los fantasmas de la inseguridad, el desorden, el descontrol…
Se supone que durante el intermedio, en el vestuario cadista se habló del previsible paso al frente del Espanyol en la reanudación. Pese a que era lo esperado, los amarillos se vieron superados por todos lados, como si se tratase de otro partido.
El Cádiz CF empleó toda la primera parte para hacer un gol y en sólo 15 minutos de la segunda le hicieron dos en plena desconexión que fue mortal de necesidad. Es para preocuparse. Cuando el cuadro periquito decidió atacar el equipo de Sergio González se descompuso sin más, dejó de estar cohesionado, perdió el mando en la medular y pasó a ser un juguete en manos de un adversario crecido que se topó con el muro de Jeremías Conan Ledesma. El portero, aunque no pudo evitar los dos tantos, fue el mejor una vez más con un par de intervenciones decisivas.
Pero hubo una vuelta de tuerca más cuando la sombra de la derrota lo cubría todo. Con el encuentro perdido, los amarillos apelaron a la épica con más empuje que calidad. El carácter en la recta final les sirvió para salvar un punto e incluso optar de nuevo a la victoria que se escapó por un pelo en el último suspiro con el tiro al larguero de Lucas Pérez.
El partido permite ver el vaso medio lleno o medio vacío. La buena primera parte es el camino a seguir y además empiezan a llegar los goles. La pésima media hora de la segunda es la que no debe volver a repetir. Desaparecer así como así depara consecuencias negativas. Cuerpo técnico y jugadores están obligados a paliar esa situación y a hallar la fórmula de un mínimo de regularidad durante los noventa y tantos minutos de juego.
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