La crisis del Cádiz CF: los jugadores, en entredicho
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El Cádiz CF ofreció una lamentable imagen en el partido contra el Granada de la última jornada de la primera vuelta disputado el pasado miércoles 3 de enero. Un día después de la derrota (2-0), no hay explicación posible para una actuación tan pésima en un encuentro de tanta importancia frente a un rival directo en la contienda por la permanencia.
Los futbolistas del Granada salieron como cohetes y se enfrentaron a oponentes que parecían tortugas. Esa fue la principal diferencia. Uno puso toda la carne en el asador. Otro dio vergüenza. ¿Cómo es posible que con lo que hay en juego haya profesionales que salten al césped como si la cosa no fuese con ellos?
Las críticas a tanta indolencia empezaron en la propia plantilla. Nada más terminar el partido, Jeremías Conan Ledesma fue muy explícito en sus declaraciones: "Te pueden ganar por buen juego o porque no te terminen de salir las cosas, pero por actitud no te pueden ganar. Es un fallo muy grande que el Cádiz no está acostumbrado a ver pasar y no puede pasar nunca más".
Lo que dijo el portero es muy grave. ¿Cómo es posible que profesionales que ganan una pasta gansa salgan al terreno de juega a verlas venir como si nada? ¿Cómo es posible faltar el respeto a un club centenario y a toda una afición, en especial a los que gastaron su dinero, fueron animar al Nuevo Los Cármenes y se marcharon con la cara partida, incrédulos ante el bochornoso espectáculo que habían presenciado?
No se puede caer más bajo. La falta de actitud es lo peor que puede suceder. La situación es grave porque no hay nada peor que la desgana. La profesionalidad de los jugadores queda en entredicho. Muchos de los que ahora forman parte de la plantilla estarán en otro equipo la próxima temporada sin importarles si el Cádiz CF milita en Primera o en Segunda. El club no acertó en la confección del plantel a tenor de los resultados.
La pregunta es si los responsables del desaguisado, los protagonistas sobre el rectángulo de juego, están dispuestos a revertir la situación. La incógnita es si el entrenador controla el vestuario y la duda es si habrá reacción después de más de cuatro meses sin ganar. Es difícil explicar cómo se pueden enlazar 15 partidos seguidos sin ganar, sin contar con los dos de la Copa del Rey.
Aún están a tiempo de cambiar la tendencia mientras la hinchada cadista asiste atónita a la descomposición de un equipo a la deriva. La paciencia de la parroquia tiene un límite, sobre cuando hay quien juega con la ilusión de la gente.
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