Pedro M. Espinosa
¿Dónde están los tíos?
Kike Márquez
Cádiz/Kike Márquez (Sanlúcar de Barrameda, 1989) regresa el domingo al escenario que le hace sentir un pellizco en el estómago. Su reconocido cadismo, por su lugar de nacimiento y como integrante en su día del equipo amarillo, le convierte en uno de los protagonistas del partido del Cádiz CF contra el Extremadura, en el que se siente pleno como futbolista.
El atacante llega al estadio Carranza con la felicidad de tener la tarea hecha con su actual equipo. “Después de una temporada bastante complicada, en la que siempre hemos estados metidos abajo, es una tranquilidad haber resuelto el objetivo de la permanencia con antelación” explica Kike Marquez en declaraciones a este periódico. “Lo lógico hubiese sido sufrir hasta el final, pero hicimos una gran segunda vuelta y fue una alegría muy grande poder asegurar la salvación el otro día delante de nuestra afición. Somos un equipo humilde, que acaba de ascender, pero se han hecho bien las cosas y tenemos la tranquilidad de que seguimos en Segunda División A, una categoría que es bastante difícil como se puede comprobar en cada jornada”.
No oculta el sanluqueño que el partido del próximo domingo le despierta un sentimiento distinto al de cualquier otro fin de semana liguero. Jugó 88 encuentros oficiales con el Cádiz entre las temporadas 2013/14, 2014/15 y la primera mitad de la 2015/16 antes de salir cedido al Racing de Ferrol. “Si el míster lo considera oportuno estaré allí el domingo. Estoy preparado para jugar, sin duda será algo extraño y especial a la vez pisar el Carranza con otro equipo que no sea el Cádiz, pero el fútbol es así. Si juego, cuando termine el partido sabré lo que he sentido de verdad”.
Kike Márquez se muestra sincero. “Nunca he ocultado lo que me tira el Cádiz desde siempre, me siento cadista, lo sabe todo el mundo”. Pero una cosa es el sentimiento y otra bien distinta la profesión, que es la que da de comer. “La gente me dice estos días por las redes sociales que me relaje, que ya estamos salvados, pero el Cádiz no necesita que el rival se relaje para poder luchar por la victoria. El Cádiz tiene que intentar hacer su trabajo y nosotros el nuestro, y el nuestro es tratar de ganar en un gran estadio como es el Carranza. El Cádiz tiene nivel de sobra para jugar el play-off y pelear por el ascenso a Primera, pero se lo tiene que ganar como todos”. De regalos, por tanto, ni hablar.
El sanluqueño tiene claro cuál es su deseo. “Yo me debo a mi club. Quiero que el Extremadura quede lo más alto posible en la clasificación y acabe bien la temporada, con buenos resultados”. Su apuesta es un triunfo el domingo del equipo de Almendralejo y que el Cádiz se acabe metiendo en el play-off y además ascienda.
Kike Márquez no pudo poner su grano de arena en la salida del Cádiz de Segunda B, pero ve con satisfacción la situación actual del equipo amarillo. “En su día salí por los motivos que fuesen y en estos años ha habido un cambio muy grande en el Cádiz. Álvaro Cervera le dio mucha vida y el Cádiz es un claro candidato al ascenso. Los equipos de Cervera son muy sólidos en defensa y además el Cádiz arriba tiene jugadores que marcan diferencias”.
En el Extremadura está como nunca. “Estoy en mi mejor momento como futbolista”, confiesa el jugador. “Aquí he encontrado la estabilidad que no había tenido. Estoy muy agradecido a mi club, a Almendralejo y a toda Extremadura. Aquí es donde es más feliz me he encontrado y aquí es donde espero seguir la próxima temporada". Acumula 2.200 minutos y seis goles esta campaña en la que además luce el brazalete de capitán.
Guarda un inolvidable recuerdo de su paso por el Cádiz, “al que siempre estaré agradecido”. Durante su etapa de amarillo y azul recuerda la presión que había por salir de Segunda B. “El Cádiz llevaba mucho tiempo en esa categoría y cada año era más difícil subir. Aunque yo no pude participar en aquel ascenso, lo importante es que ahora el Cádiz es un grande de Segunda A y puede subir a Primera".
¿Qué recibimiento espera de la afición cadista? “Supongo que habrá de todo. Había gente que me quería mucho y también gente a la que no le gustaba cómo jugaba. Yo, por supuesto, respeto a todo el mundo”, remata Kike Márquez. Si marca el domingo se alegraría por su equipo pero no celebraría el gol por respeto al cadismo.
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