Las lagunas de Ledesma bajo el aguacero de Balaídos
El portero argentino muestra su peor cara en la acción del penalti y en el centro del 4-0
Cádiz/La cara menos amable de Jeremías Conan Ledesma salió a relucir en el encuentro frente al Celta (4-0). El portero del Cádiz CF cometió dos errores de bulto que al equipo le costaron dos tantos. Otras veces ha sido el salvador con intervenciones de mérito que han evitado goles y han dado seguridad a los compañeros, pero en la cita de Vigo sucedió todo lo contrario.
No cabe duda que al cancerbero argentino no le acompaña en su potencial las salidas; por arriba acumula fallos más allá del duelo en Balaídos y puede ser su gran debe para el año del estreno en el fútbol europeo.
Conan tiene madera de portero, planta y buena colocación, si bien precisa mejorar en aquellos aspectos en los que flojea. Hay balones colgados al área en los que sale a relucir el 'cante jondo' versión Buenos Aires. Le pasó en Valdebebas en la victoria sobre el Real Madrid y le ha sucedido con menor nivel de gravedad en otros partidos.
El cuarto gol del Celta fue el claro reflejo de lo que supone para un guardameta salir tarde a por un balón aéreo; Ledesma lo hizo y llegó después de cuando se le esperaba, tanto que Brais Méndez conectó antes con la cabeza para hacer el gol que cerraba la cuenta de su equipo.
Tampoco en Balaídos salió airoso a ras de césped. En la acción del penalti no salió en su momento -en este caso le pudo llevar a la confusión que Fali no estuviera bien situado en la marca y su reacción para correr hacia atrás no fuera la mejor- y, además, acumuló dos errores: derribar a Santi Mina y hacerlo dentro del área con la consiguiente pena máxima.
La inseguridad por acciones puntuales pero con una repercusión letal es algo que pasa factura a la plantilla, por lo que Ledesma tendrá que ganarse de nuevo la máxima confianza de sus compañeros a base de buenas actuaciones, tal y como tenía acostumbrado.
El argentino pasa página al Celta aún con más ganas que sus compañeros por la derrota y las sensaciones personales. Un portero sabe mejor que nadie cuando se ha equivocado. Ledesma lo hizo en Balaídos y sólo le queda analizar lo sucedido para que no vuelve a repetirse.
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