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La lección que deja la primera derrota del Cádiz CF

La plantilla se conjura para no repetir errores y retomar de inmediato el pulso competitivo

Choco Lozano intenta avanzar con el balón ante dos jugadores del Alcorcón.
J.J.N.

19 de septiembre 2019 - 19:58

Cádiz/La derrota aparece en el momento más inesperado, cuando todo va sobre ruedas. Después de vencer al todopoderoso Girona en una exhibición de solidez, el varapalo sufrido en el campo del Alcorcón tres días después sitúa al Cádiz CF en la realidad de la competición. En cuanto baja un poco el nivel, el contrario, por muy modesto que pueda parecer, es capaz de hacer lo que hizo un conjunto madrileño que no tuvo que brillar demasiado para marcar tres goles y pasar por encima de un líder desconocido que perdió la primera posición.

El 3-0 escuece en el vestuario del Cádiz CF. No contaban con un correctivo tan severo. Por un lado reina la tranquilidad porque sólo se trata de la primera derrota (alguna vez tenía que producirse), pero por otro queda una espina clavada por las sensaciones negativas ofrecidas sobre el césped. Hay ganas de resarcirse, de volver a la normalidad porque ese 3-0 no entra dentro de la lógica.

Después de cinco victorias consecutivas en un espectacular arranque de temporada, perder con una actuación deficiente deja un mal sabor de boca que técnicos y futbolistas quieren borrar cuanto antes. El sábado disponen de una buena oportunidad en el choque contra el Deportivo de La Coruña.

Los jugadores toman nota de lo que sucedió en Santo Domingo con la idea de que no se vuelva a repetir. Desde el miércoles, tras regresar de Madrid, están manos a la obra para arreglar posibles averías.

El secreto pasa por no hacer regalos al adversario. El Cádiz CF hizo lo contrario de lo que suele hacer. Su filosofía se basa en no conceder nada al rival pero todo fueron facilidades la noche del pasado martes. Los jugadores no quieren caer en la misma trampa.

No es común ver a Garrido cometer un error tan infantil como el penalti innecesario que hizo sobre el sanroqueño Stoichkov en una jugada sin peligro en el vértice del área, con el delantero del Alcorcón en el vértice del área.

La pena máxima al borde del descanso, una de las claves del partido, no fue el único fallo de la escuadra gaditana. Yann Bodiger cometió una imprudencia al pisar el tendón de Aquiles de un oponente, una acción castigada con la expulsión desde esta campaña. No midió bien y dejó al equipo en inferioridad numérica.

Llegaron más errores, como la mala defensa que propició el 2-0 que finiquitó el encuentro, o el penalti que se tradujo en el 3-0 definitivo, cuando Stoichkov se plantó solo delante de la portería. Es difícil que el Cádiz CF permita a un contrincante llegar con el balón hasta su portería. Lo hizo en Alcorcón y lo pagó con creces.

Pero los fallos no sólo se encadenaron atrás. Los de Álvaro Cervera no existieron en ataque. No realizaron un solo tiro a puerta en todo el partido. La única vez que intervino el portero del cuadro alfarero fue en un despeje defectuoso de un compañero suyo.

El Cádiz CF se quedó sin pólvora de pronto en territorio madrileño. Fue el primer duelo que se quedó sin marcar desde el inicio de curso. Con 11 tantos en su casillero, llevaba una media de dos goles por partido hasta que sufrió un atasco. El problema no fue que no marcase, sino que ni siquiera llegase a poner a prueba al guardameta.

El abultado revés no deja de ser un accidente. Después de un comienzo sin mácula, el Cádiz CF tenía margen para fallar. Eso sí, lo hizo en el lugar más insospechado, frente al único adversario que no figura entre los candidatos al ascenso a los que se enfrentan los de Cervera en las próximas semanas (Deportivo de La Coruña, Almería, Huesca, Zaragoza, Málaga…).

La pifia de los amarillos no es nueva. Cada inicio de temporada comete una de corte similar. En el ejercicio 2018/19 perdió en casa 0-2 frente al Alcorcón. En el 2017/18, salió trasquilado del terreno del Lorca FC por un contundente 3-0 ante un recién ascendido (en el séptimo capítulo liguero). En el 2016/17, sufrió un duro castigo en Madrid ante el Rayo Vallecano (3-0) en la octava jornada.

Si la derrota sirve para enmendar errores, acabará siendo útil. El vestuario se conjura para corregir, mejorar y retomar la senda del triunfo. Al menos recuperar el tono competitivo. Sin fallos graves, con máxima intensidad y sin olvidar que hay una portería que hay que perforar.

Los 15 puntos sumados por el Cádiz en seis jornadas aportan la autoestima suficiente para confiar en una rápida reacción.

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