La lluvia cae en el descanso y los goles llegan al final

Los paraguas asomaron en algunas fases del partido.
Los paraguas asomaron en algunas fases del partido. / Jesús Marín
F.j. Díaz Cádiz

21 de noviembre 2016 - 06:58

La adversidad de los partes del tiempo provocó que muchos aficionados optaran ayer por quedarse ante la televisión en lugar de acudir al Ramón de Carranza. La lluvia al final apareció aunque lo hizo en el tramo final del primer tiempo, en el descanso y en alguna fase de la segunda parte. Menos de lo que se esperaba.

Los 11.794 espectadores que acudieron al recinto se pudieron percatar del mal estado del terreno de juego. El césped no luce su mejor cara y es poco adecuado para la exigencia que supone compartir en LaLiga 1|2|3. Las lluvias más fuertes y el frío están por llegar, por lo que sería bueno alcanzar esa fase de la temporada con la hierba en más abundancia y con mejor aspecto.

Los aficionados que, cubiertos con chubasqueros y ataviados con paraguas, decidieron darle sentido a la tarde defendiendo el amarillo y azul, lo pasaron mal al principio con la pésima imagen y el gol en contra cuando apenas se habían ubicado los que llegaron a lo justo al fútbol. Tocaba remar contra casi todo y el público estuvo al lado de los suyos a pesar de que lo que mostraba el equipo no entusiasmaba a nadie.

Tarde de curiosidades, como saber qué equipación iba a sacar un Alcorcón que también viste de amarillo (camiseta oscura y calzón blanco). Haber conocido qué ponía el papel que uno de los recambios del equipo madrileño entregó a David Navarro, por orden de su entrenador. Fue curioso ver al veterano central leyendo la hoja para conocer las nuevas indicaciones de Julio Velázquez.

Cuando el partido se rompió, la grada empezó a disfrutar, a aplaudir, a ver que el milagro podía llegar. Empató Ortuño, chilló el cadismo soltando dosis de alegría en grandes cantidades. Metió Aitor un golazo bestial, reventó el personal con aplausos y algunos pañuelos, como cuando los hacía Mágico. Los tantos de Salvi y Ortuño fueron ya la leche para una afición que no imaginaba ese final después de un inicio para echarse a temblar.

Llamativo cuanto menos al concluir el encuentro el adiós de muchas personas cantando por las escaleras de salida por un 4-1 impensable en el mejor guión que hizo feliz a miles de cadistas en una tarde que empezó gris...

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